Las autoridades chilenas confirmaron este jueves el peor escenario para el avión militar con 38 pasajeros a bordo que desapareció el lunes cuando iba a la Antártida: cayó en el mar y se descarta que haya sobrevivientes.
«Las condiciones de los restos encontrados del avión hacen prácticamente imposible que existan sobrevivientes a este accidente aéreo», dijo el jefe de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), Arturo Merino, en rueda de prensa junto al ministro de Defensa, Alberto Espina, en la base aérea de Punta Arenas (3.000 km al sur de Santiago).
Los restos del avión, un Hércules C-130, comenzaron a ser encontrados a partir del miércoles en una de las áreas de búsqueda sobre las tormentosas agua del mar al sur del continente americano.
«48 horas después [de su desaparición], gracias a Dios, hemos encontrado el avión», dijo por su parte el ministro Espina, junto a Merino en Punta Arenas.
El presidente chileno, Sebastián Piñera, se volcó a Twitter para expresar el «profundo dolor» que embarga a los chilenos por el accidente, saludó a los familiares y prometió hacer «lo posible para encontrar respuestas a esta tragedia».
Los restos fueron hallados en la llamada «zona tres» de búsqueda, un área de 30 km de radio, en la que trabajan alrededor de 23 aeronaves y 14 barcos de varios países para encontrar el máximo de elementos de la aeronave siniestrada.
Durante el rescate se encontraron esponjas que son parte de una de las alas, el tren de aterrizaje, una rueda de repuesto, parte del sistema de carga de combustible y pedazos de tela que corresponden al interior del avión.
Igualmente se hallaron dos bolsos, una mochila y un zapato pertenecientes a ocupantes.
«Junto con los restos de las partes del avión que se han encontrado, se han encontrado restos de seres humanos que lo más probable es que sean parte de quienes viajaban en el avión C-130», añadió Merino.
Con 38 personas a bordo -17 tripulantes y 21 pasajeros- el avión despegó a las 16H55 (19H55 GMT) del lunes desde Punta Arenas, en el extremo austral de Chile, rumbo a la base Eduardo Frei, en la Antártida.
La aeronave perdió comunicación cuando sobrevolaba el paso de Drake.
Esta ruta náutica marca la unión del océano Pacífico con el Atlántico, conocida también como mar de Hoces, en alusión al navegante español Francisco de Hoces que llegó en el siglo XVI a la zona, una de las más tormentosas para la navegación.
– Ninguna hipótesis descartada –
Las autoridades no descartaron «ninguna hipótesis» sobre las causas del accidente de la aeronave, fabricada en 1978 y una de los más seguras de la Fuerza Aérea de Chile.
«Cuando mueren 38 compatriotas lo mínimo que se puede hacer es encontrar la verdad», afirmó Espina.
El avión no emitió ninguna señal de emergencia previo a desaparecer, lo que podría indicar que sufrió un evento abrupto.
«La falta de señales de socorro o transmisiones de ubicación de emergencia de las balsas salvavidas que transporta la aeronave indica que ocurrió un evento durante el vuelo que fue potencialmente catastrófico en su naturaleza», explicó el profesor de Industria aérea Stephen Wright, de la Universidad de Tampere de Finlandia.
Merino dijo por su parte que se investigará un audio de Whatsapp enviado por un pasajero a su familia, en el que habría dado cuenta de fallas eléctricas de la aeronave.
– Muestras de ADN –
Tras confirmarse la muerte de los ocupantes, comenzó un proceso de toma de muestras de ADN de los familiares directos para identificar a las víctimas que se realizaba en el Servicio Médico Legal (SML) de Punta Arenas, informó Víctor Arriagada, jefe regional de la Policía de Investigaciones.
«Iniciamos con las tomas en este instante. Tenemos alrededor de 25 personas (…) la toma de muestras es de 45 minutos por persona», sostuvo Arriagada.
Los primeros familiares llegaron al SML en medio de lágrimas y con ellas las muestras de dolor, constató la AFP.
La Policía montó un operativo para llevar a familiares en vehículos hasta el interior de las instalaciones del SML, con el fin de sortear a los periodistas.
Las familias han recibido asistencia médica y psicológica desde el miércoles, cuando se informó sobre la primera aparición de restos humanos.
De los 21 pasajeros del C-130 Hércules, 15 eran uniformados de la FACH, tres del Ejército, dos de la empresa privada de construcción Inproser y uno funcionario de la Universidad de Magallanes.
El viaje del avión tenía como misión cumplir tareas de apoyo logístico en la base Eduardo Frei, la más grande de Chile en la Antártida.