Por Horacio Cesarini
“Hay hombres que luchan un día,
Y son buenos.
Hay hombres que luchan un año,
Y son mejores.
Hay hombres que luchan muchos años,
Y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida,
Esos son los imprescindibles”.
Cuando Martín me aviso que Gargiulo había fallecido, me invadió una tristeza enorme, un gran dolor y mucha rabia.
Se fue un gran compañero, un ejemplo de vida y lucha, un amigo con el que tuve la fortuna de compartir la militancia en la Izquierda Nacional los últimos 50 años. Como no quererlo, además de admirarlo por su diaria entrega a las ideas que abrazo desde muy joven.
Fue la mayor expresión de la militancia, un luchador político incansable e incomparable, que siempre defendió sus ideas con uñas y dientes. Así eligió vivir. Así lo recordaremos. Y lo lloraremos porque se ha ido, pero nos reiremos porque ha vivido plenamente.
Hace unos días, con Magdalena fuimos a verlo y aún nos queda grabada su voz apagada diciéndonos… “chau hasta mañana”. Entendimos que era el saludo final.
Luis Gargiulo y sus 65 años de militancia, siempre con el sueño de vivir una Argentina más justa, bregando por un socialismo criollo y latinoamericano y enlazando en este siglo aquellas banderas con las del peronismo. Nos queda, sin dudas, un vacío organizativo, teórico y político difícil de ocupar.
Dirigente sindical de los bancarios, fue fundador del Partido Socialista de la Izquierda Nacional en 1962. Sin descanso, en las buenas y en las malas, comenzó a asumir la responsabilidad de contribuir a la construcción de nuestra corriente. Miembro de la Junta Nacional y la Convención Nacional del FIP, ocupó la Presidencia de la Junta de la Provincia de Buenos Aires. Porque era el mejor de los bonaerenses. Candidato a Gobernador dos veces, anduvimos de giras proselitistas, en autos prestados, con mucho esfuerzo, pero con la alegría de saber que estábamos desparramando las ideas del Colorado Ramos en la provincia.
Fallece Gargiulo cuando el pueblo argentino retoma las banderas de independencia económica, soberanía política y justicia social. Seguro que él dejó la vida en esa batalla.
Enormemente querido y apreciado por los que militamos junto a él, también lo es entre la juventud del movimiento nacional y popular en su pago.
Necochea y sus calles te van a extrañar, porque Necochea no será la misma ciudad sin Luis Gargiulo.
Nuestro enorme pesar a sus tres hijos, Natalia, Martín y Verónica, a sus amigos y amigas y a todo los que lo conocían y apreciaban de manera cercana.
Era uno de los imprescindibles. Chau hermano, compañero y amigo.
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