El manejo final de los residuos es una política de estado, que en muchos países y distritos se ha impuesto y a dado resultados positivos, tanto en lo ecológico como en lo económico.
Las recomendaciones de organismos internacionales también apuntan en ese sentido apuntando a que se tomen las medidas necesarias.
Existen leyes provinciales como la 13.592 sobre Gestión integral de residuos sólidos urbanos que tiene como objeto fijar los procedimientos de gestión de los residuos sólidos urbanos, de acuerdo con las normas establecidas en la Ley Nacional Nº 25.916 de “presupuestos mínimos de protección ambiental para la gestión integral de residuos domiciliarios”.
Hay países que han avanzado tanto en el manejo final de los residuos que solo llegan a los vertederos el 1%, e incluso han comenzado a comprar basura a países vecinos.
Esto se debe a que han logrado reutilizarla en la generación de energía, reciclado y abono logrando importantes beneficios económicos y ecológicos.
Argentina cuenta con distritos que manejan los residuos de manera eficiente desde hace muchos años como es el caso de Laprida.
La Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU), como política de estado, fue implementada en el distrito de Laprida en el año 1991 durante la intendencia del arquitecto Alfredo Irigoin.
Pioneros en la argentina en el tratamiento de residuos y en la tarea de crear conciencia sobre el cuidado del medio ambiente Laprida es tomada como modelo y visitada asiduamente por medios de comunicación, universidades y personas interesadas en el tema.
Son simples ejemplos que el manejo final de los residuos urbanos es posible, y de una gran importancia porque se logra un mejoramiento en lo ambiental, económico y en salubridad.
Para lograr que los objetivos sean factibles se debe trabajar con el tiempo necesario para llevarlo a cabo, con políticas de estado que trasciendan los vaivenes de la política y los sucesivos gobiernos.
Para lograr esto, sin dudas, es necesario una planificación, un presupuesto adecuado y personal capacitado, contratado especialmente a través de concursos públicos.
Ante las experiencias que ya existen en otros distritos argentinos y extranjeros es bueno tomar esos ejemplos para adecuarlos a nuestras realidades y luego llevarlo a cabo.
Es imperioso que comencemos a trabajar en esta problemática porque las napas freáticas están en peligro, la contaminación es permanente y tener un basural a cielo abierto es una contravención con legislaciones nacionales y provinciales vigentes.
Tapar el sol con las manos, no impide que el problema exista y se extienda año tras año, y es responsabilidad de toda la sociedad tomar conciencia de esto.