Los cigarrillos electrónicos con nicotina, llamados «e-cig», son «indudablemente perjudiciales» y por eso necesitan de una regulación, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS) que desaconseja su uso.
El mensaje, que plantea una alarma sobre esos dispositivos usualmente usados para dejar de fumar, aparece en el reciente informe de la entidad «Epidemia mundial del tabaco 2019».
El reporte advierte sobre los riesgos de esos productos aunque afirma que «el nivel específico de riesgo asociado con los cigarrillos electrónicos aún no se ha estimado de forma concluyente».
La OMS toma en consideración los cigarrillos electrónicos con liberación de nicotina y no aquellos sin nicotina, y sostiene que los estados miembros no han prohibido los sistemas electrónicos de suministro de nicotina, o «e-cig» con nicotina, pero debería establecerse una «regulación como productos nocivos».
La nota, que causó cierta sorpresa, también se expresa en relación a los «e-cig» sin nicotina ya que el informe advierte que en muchos de esos productos con la leyenda «nicotina cero», es decir sin nicotina, «sometidos a pruebas, muchos de ellos mostraron la presencia de esa sustancia»
La OMS también observa cómo el uso de cigarrillos electrónicos ha crecido considerablemente entre los jóvenes, tanto que en los Estados Unidos la tasa de utilización en ese grupo de edad ha aumentado del 1,5% de 2011, a un 20,8% en 2018.
Los jóvenes que usan cigarrillos electrónicos, advierte la OMS, «están expuestas a la nicotina, que puede tener efectos a largo plazo en el desarrollo del cerebro, y hay, además, un riesgo de adicción a la nicotina». Según la organización, «hasta la fecha, el potencial del cigarrillo electrónico para desempeñar un papel en la acción para frenar el consumo de tabaco en la población no está claro».
Por el contrario, señala la OMS, el «e-cig» tiene potencialmente la posibilidad de «socavar los esfuerzos para control del consumo de tabaco».
La nicotina, de hecho, «crea adicción y el uso de cigarrillos electrónicos podrían empujar a las personas, especialmente a los jóvenes, a emprender formas más dañinas de consumo».
Por lo tanto, los países, declara la OMS, deberían «prohibir la publicidad» de cigarrillos electrónicos que potencian presuntas bondades y la estrategia de dotarlos de aromas agradables «para desalentar su uso entre los jóvenes». Y más aún, deberían contemplar la «introducción de medidas para obligar a las empresas manufactureras a hacer productos no atractivo para los jóvenes con el fin de desalentar su uso», con embalajes que no atraigan.
Se debe buscar, según la OMS, el uso de cigarrillos electrónicos entre los jóvenes, por lo que deben aplicarse impuestos a estos productos, en línea con los estándares del consumo de tabaco.
«Utilizando aromas y estrategias de marketing apuntadas a los jóvenes, las empresas involucradas en la fabricación de cigarrillos electrónicos están usando tácticas para expandir la base de sus consumidores con el pretexto de contribuir a la salud pública», denuncia la OMS.
En general, a pesar de las medidas implementadas en varios países contra el humo del tabaco, advierte la organización, el número de fumadores desciende a una tasa decididamente baja e insuficiente para lograr todos los objetivos planteados.
Por eso reclama, «más acciones contra estos productos mortales», ya que en el mundo, en 2017, todavía había 1.100 millones de consumidores de tabaco de más de 15 años, un número «obstinadamente alta». (ANSA).