Un «hat trick» del brasileño Lucas Moura obró el milagro para el Tottenham, que remontó en la segunda parte un encuentro (2-3) que se le había puesto muy cuesta arriba y con el que, contra todo pronóstico, consiguió colarse en la final de la Liga de Campeones por primera vez en su historia.
Fue un partido loco, con un gran dominio del Ajax en la primera parte que le permitió adelantarse con dos goles de De Ligt y Ziyech y en el que pareció que los holandeses llegarían a la soñada final.
Sin embargo, el joven conjunto de Ámsterdam pecó de inocencia al dar por vendida la piel del oso antes de cazarlo y se vio sobrepasado por un Tottenham que, casi literalmente, pasó por encima del Ajax en la segunda parte.
El entrenador Erik ten Hag no mintió en la previa del encuentro cuando aseguró que sus hombres jugarían obviando la ventaja del partido de ida (0-1), como si la batalla continuara en tablas.
Quizás lo dijo porque no se fiaba de los ingleses o sencillamente porque, como bien le recordó anoche el Liverpool al Fútbol Club Barcelona, vivir de las rentas del partido de ida en la Liga de Campeones es una empresa arriesgada.
Fuese por lo que fuese, la joven plantilla del Ajax salió al campo con hambre de gol, incisiva, tocando el balón rápido y demostrando su intención de atosigar al portero Hugo Lloris.
La alineación del marroquí Noussair Mazraoui como lateral derecho en lugar del más defensivo Joel Veltman ya fue un aviso de que las intenciones de Ten Hag, quien a última hora sorprendió al dejar en el banquillo a David Neres y sacar un Kasper Dolberg que no estuvo acertado.
Enfrente se encontraron a un Tottenham obligado a remontar un resultado adverso, con el surcoreano Heung-Min Son de vuelta a la cancha y un Jan Vertonghen que tuvo que jugar con una máscara protectora debido al fuerte golpe que se llevó en el encuentro de ida.
Fue el Ajax el primero que la tuvo, con un fuerte disparo de Dusan Tadic desde el borde del área que obligó al guardameta Lloris a estirarse para mandarla al córner fue, por desgracia para los ingleses, el principio del fin.
Kieran Trippier, encargado de marcar a Matthijs de Ligt en el saque de esquina, dejó que el central se moviera a sus anchas por el césped, ocasión que aprovechó el holandés para correr hacia el área pequeña y cabecear el esférico al fondo de la red, marcando el 1-0.
No se rindió el Tottenham, pues en la jugada siguiente el surcoreano Heung-Min Son se coló en el área del Ajx y, casi sin ángulo, mandó el esférico al palo mientras que el portero Onana pareció querer desviar con la mirada.
Los siguientes minutos fueron un ir y venir de oportunidades para las dos escuadras, con el futuro futbolista del Barcelona Frenkie de Jong atento atrás y cuyas barridas abortaron más de una jugada de peligro del conjunto inglés.
Son y Eriksen forzaron las dos primeras intervenciones de Onana pasados los 20 minutos de la primera parte.
En el 36, un contraataque del Ajax pilló a la defensa del Tottenham desprevenida, Tadic corrió por la izquierda, se la cedió a Ziyech y el marroquí, sin parar la bola y con una colocación del cuerpo perfecta, hizo un disparo cruzado que convirtió en inútil la estirada de Lloris y puso el 2-0 en el marcador.
Las últimas oportunidades de la primera parte las tuvo el Ajax, aunque ambos conjuntos bajaron dos marchas el ritmo del encuentro a la espera de comenzar la segunda parte.
Pochettino, obligado a hacer algo, puso toda la carne en el asador al quitar al centrocampista Wanyama y sacar al delantero centro Fernando Llorente, un hecho que insufló nuevos ánimos a los suyos y cambió totalmente el ritmo del partido.
Primero fue Danny Rose, luego Son y poco después Dele Alli, pero fueron dos zarpazos de Moura los que abrieron la lata para los ingleses en menos de cinco minutos.
El primero llegó gracias a un espectacular y rápido contraataque en el que, en apenas cuatro toques, los ingleses se colocaron en el área de Onana para que el disparo de Moura estrenara el casillero del Tottenham en el minuto 55.
En el segundo tanto, cuatro minutos después, Onana no pudo atajar un disparo a bocajarro, el rechace lo recogió el brasileño, retrocedió con la pelota unos metros driblando a dos defensas del Ajax y, en un disparo a media vuelta, marcó el tanto que hizo soñar a los aficionados ingleses que se desplazaron a Ámsterdam.
El partido en ese momento se volvió loco, ya que un gol del Tottenham le daba el pase a la final y la prórroga era imposible.
Los ingleses achucharon, se fueron para adelante con todo, y aunque el Ajax tuvo alguna que otra ocasión gracias a Ziyech, el destino quiso que el Tottenham aguase la fiesta a los holandeses.
En el minuto 95, cuando el Johan Cruyff Arena celebraba lo que parecía el pase de su equipo a la final, un casi despeje de la defensa inglesa terminó tras un par de toques en las botas del hombre de la noche, Mouras, que con un disparo raso y de zurda batió a Onana.
El pitido final del árbitro desató la locura total entre los jugadores del Tottenham, que se enfrentará en la final de la Liga de Campeones al Liverpool, el próximo 1 de junio en el Wanda Metropolitano de Madrid.