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Por Horacio Castelli

“No podemos gastar lo que no tenemos”, es la frase preferida del Presidente Mauricio Macri, todo su gobierno y dirigentes de Cambiemos.

Con ese paradigma económico, cortaron los subsidios al transporte público, al gas, la luz y el agua.

A partir de esa decisión, los ciudadanos argentinos pasamos a pagar “directamente” la tarifa plana, además dolarizada.

Mientras tanto, se abrían las importaciones, gastando “lo que no tenemos”, en lugar de apoyar a las PyMES argentinas.

Ahora, con el respaldo y aval del FMI, se está subsidiando a los fondos golondrinas y especuladores.

Se pone plata que pertenece a todos los argentinos, para asegurarles a los timberos del sistema financiero que cobren los premios del juego especulativo.

Esto, a esta altura ya no es una discusión ideológica, sino un análisis judicial, donde las leyes están siendo rotas y se están provocando lesiones graves a la economía argentina.

No es legal, ni ético, sacarles el dinero a los discapacitados, a los jubilados, a los docentes, a los transportistas y, en definitiva, a los trabajadores para dárselos a los fondos especulativos internacionales.

Por eso, la imagen y las intenciones de votos hacia el gobierno van descendiendo imparablemente y quiénes perdieron hace cuatro años, tienen amplias posibilidades de volver al gobierno.

Y para terminar me remito a las frases que este domingo escribiera Mario Wainfeld en Página/12:

La deuda externa se incrementa, se volatizarán reservas… el sector financiero de parabienes, la mayoría de los argentinos pagará esa fiesta de pocos.

Para colmo, el Gobierno que despilfarra dinero para frenar la inflación autoriza la suba de los combustibles líquidos que se traslada “naturalmente” a los precios en el mercado interno.

El índice de precios al consumidor de abril será exorbitante, los profetas oficiales comenzarán a “confesar” que la desaceleración arrancará a partir de junio. Mentir sobre mayo los dejaría en off side demasiado pronto…