El Tottenham jugará la semifinal de la Champions 57 años después de su única presencia en la penúltima ronda del gran torneo continental.
En 1962 llegó tras eliminar al Dukla de Praga gracias a una remontada goleadora (4-1) en White Hart Lane y esta vez lo hizo tras una vuelta histérica en Manchester, donde se marcaron 5 goles en 21 minutos, estuvo eliminado durante más de un cuarto de hora en la segunda mitad y se metió de lleno en la historia con un gol, de Llorente, validado por el VAR… Y el VAR anulando un gol de Sterling en tiempo añadido que habría cambiado la historia.
4-3, un resultado tan inesperado como alucinante, fue el que le dio el pase a los Spurs ante la desesperación de un Manchester City que rivalizó en su defensa de cristal y que volvió a quedarse, otra vez, a las puertas de la semifinal. Guardiola dijo en la víspera que no se sentía obligado a ganar la Champions… Y Pochettino quiso darle la razón…
Enloquecido de entrada, el partido vivió 20 minutos iniciales nunca vistos en la Champions, con cinco goles, uno por cada remate entre palos y un City que pasó de abrir el marcador a remontar cuando más hundido podía parecer por los dos goles consecutivos de Son.
Abrió Sterling con un disparo cruzado al que respondió poco después el coreano, que en el siguiente ataque de los Spurs logró el 1-2 que parecía convertir el reto del City en una utopía… Necesitaba ahí tres goles el equipo de Guardiola para meterse en semifinales y antes de que el Tottenham pudiera tomar la medida a su nueva situación Danny Rose desvió fatalmente un remate de Bernardo Silva que igualó el marcador…
Sin solución de continuidad en el juego, con el partido roto, volvió a golpear el City, con un centro raso y pasado de De Bruyne al que no llegó nadie hasta que lo remató a placer Sterling, dándole otra vez la vuelta a un partido loco, con poco fútbol, pero muchos goles y que dejó la sentencia para el segundo tiempo. Con todo, lo llamativo de esa primera mitad, además de los cinco goles, fue que Lloris no paró un balón hasta el minuto 45…
Campanazo
Tras el descanso salió mucho más decidido el City, que sin dar opción fue arrastrando al Tottenham hacia su área hasta encontrar el premio del 4-2, tan milagroso como esperado, cuando se alcanzaba la hora de partido y gracias a un remate durísimo de Agüero que sorprendió a Lloris por el primer palo tras recibir un medido pase de De Bruyne.
Asistente magnífico y por triplicado, al belga le había frenado Lloris poco antes de la diana del Kun y se convirtió en el dueño absoluto del encuentro, dirigiendo con maestría a los suyos frente a un Tottenham tan desesperado primero por mantener el 3-2 como impotente a partir del 4-2, que pareció entregado, que lo estuvo… Pero que sobrevivió contra toda lógica, tan por sorpresa como por orgullo.
Y llegó así el gol de Llorente, el 4-3 validado por el VAR tras unos instantes dudando de la mano del delantero español para recolocar, otra vez, a los Spurs en las semifinales ante la incredulidad de la hinchada local por lo que sucedía en el campo.
El Manchester City, no podía ser de otra manera, se fue con todo, redoblando su esfuerzo y buscando el quinto gol salvador, encontrándose el cabezazo de Agüero con la estirada estupenda de Lloris.
Desesperado el City y nervioso el Tottenham, el desemboque del partido fue una oda a la locura que ya se habñia vivido durante toda la noche y que acabó con un gol anulado por el VAR a Sterling, que cortó de cuajo la euforia desatada entre los locales, con Guardiola celebrando esa diana antes de verse hundido…
Hundido acabó el Manchester City. Eliminado en su casa por un Tottenham que besó la gloria de la manera más épica que se recuerda, en el partido más enloquecido y épico de la temporada.