Enfermedades cardiovasculares, respiratorias o metabólicas están vinculadas a la calidad y cantidad del sueño. Los consejos para un buen descanso.
Procesos tan frecuentes como las enfermedades cardiovasculares, respiratorias o metabólicas están vinculados a la cantidad y a la calidad del sueño.
Según informa el portal Elmundo.es, el último número de la revista ’Archives of Internal Medicine’ está dedicado casi de forma monográfica a las patologías relacionadas con los trastornos del sueño.
El editorial que acompaña a estos trabajos destaca la relación tan estrecha que existe entre dos conceptos: sueño y salud.
El trabajo, firmado por los doctores Phyllis C. Zee y Fred W. Turek, del departamento de Neurología de la Universidad Northwestern, en Chicago, señala que numerosos estudios han concluido que las alteraciones del sueño pueden acentuar algunos problemas médicos y psiquiátricos y, a su vez, estos problemas producen alteraciones en la calidad del sueño.
«Esta relación bidireccional tiene un claro ejemplo en las enfermedades metabólicas, cardiovasculares y respiratorias, así como en el dolor crónico o la depresión», destacan.
La hipertensión, la insuficiencia cardiaca, la enfermedad coronaria o la diabetes mellitus están asociadas con una elevada prevalencia de apnea del sueño; en pacientes con bronquitis crónica y asma la calidad del sueño es mala generalmente.
Asimismo, éste se puede ver perjudicado por cualquier clase de alteración en la vía aérea, en la función pulmonar o por hipoxemia (baja cantidad de oxígeno en la sangre).
Según uno de los estudios publicados, la rinitis alérgica afecta a la vida diaria de los individuos y estas modificaciones en la vida cotidiana influyen en su ciclo sueño-vigilia.
El perjuicio sobre el sueño no se limita a las vías nasales sino que se extiende a todo el tracto respiratorio ya que también los pacientes con apnea del sueño, asma o EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) tienen frecuentemente alteraciones del sueño.
En definitiva, el sueño es un indicador de salud; una cantidad suficiente así como una calidad adecuada deben ser considerados elementos indispensables de un estilo de vida saludable del mismo modo que el ejercicio o la nutrición.
FUENTE: «TELAM»