Por Horacio Castelli
El Complejo Nuevo Casino, inaugurado en la década de los ’70 significó un importante adelanto para Necochea y la impuso como uno de los principales balnearios de la costa.
Las autoridades de esa época, decidieron darle un impulso a nuestro balneario buscando un perfil distinto a Mar del Plata, siempre vinculada con el turismo social.
Décadas después comenzaron a fundarse ciudades y balnearios costeros más cercanos a Buenos Aires, pero ninguno de ellos contaba con las extensas playas de Necochea.
Sin embargo, distintos proyectos inmobiliarios, les permitieron crecer permanentemente superando en ofrecimientos turísticos y en proyectos más tentadores.
La impresión que ha dado nuestro distrito a los foráneos que nos visitan o los turistas que vienen a descansar, es que el desánimo prendió durante muchos años en los habitantes, y su dirigencia, no supo otorgar a sus propuestas proyectos superadores.
La postal de orgullo del pasado, puede transformarse a partir de su estado actual en una oportunidad para demostrar, a los demás, que Necochea está de pie.
Si las actuales autoridades, (ejecutivo y deliberativo), logran aunar criterios y las entidades intermedias ponen su granito de arena, se puede lograr que renazca otra edificación que se asimile a la que perdimos.
Cuando el Complejo Nuevo Casino, fue inaugurado en su totalidad era uno de los edificios más modernos de América con todos los lujos y avances tecnológicos imaginables.
Es tiempo que volvamos a lograr esa magnitud edilicia y técnica, con inversiones que no vendrán del estado porque las visiones y las urgencias han cambiado, pero sí del ámbito privado.
Con el control y los contratos correctos, no hay por qué temer a los inversores privados, que deseen hacerse cargo de un sector tan importante en la costa atlántica.
Hay voces en contra de la venta de ese sector, pero es la única manera que se puede lograr la millonaria inversión que se necesita.
Es ilusorio pensar que alguien va a invertir si no tiene la propiedad del terreno, porque les llevará varios años recuperar el dinero.
No es posible, ni siquiera con subsidios nacionales y provinciales pensar que el Municipio pueda arreglar lo que está prácticamente demolido y corroído por el avance del salitre.
Una construcción pensada para otro lugar, fue instalada en Necochea sin modificar los elementos utilizados en la construcción y no se previno un presupuesto anual para su mantenimiento.
Necochea tiene que amoldarse a las nuevas realidades que manejan las inversiones en este tipo de proyectos.
Las principales ciudades tienen hoteles cinco estrellas, apart exclusivos para quienes pueden pagarlos.
Es triste, pero real que no todos los ciudadanos tienen las mismas posibilidades en la vida, aunque para muchos será una excelente oportunidad de trabajo.
Igualmente, no todos los ciudadanos podían disfrutar de las instalaciones del Complejo Nuevo Casino cuando estaba en todo su esplendor, y sin embargo era el orgullo de todos.
La realidad de hoy es un Complejo imposible de usar en un alto porcentaje y sin posibilidades de mejorarlo.
La oportunidad a futuro es ser inteligentes, volver a poner a Necochea en la consideración de los turistas y dejar de lamentarnos por lo que no tenemos y empezar a disfrutar de realidades.
Un ejemplo actual es la Cancha de Hockey, sobre la que tanto se discutió pero que hoy tiene sus luces a pleno, como nuestro derruido Casino en la década del ’70.