River le ganó a Boca 3 a 1 en tiempo suplementario y se quedó con la Copa Libertadores de América, en la final de vuelta jugada en el Santiago Bernabéu.
El postergado encuentro, suspendido hace dos semanas por la agresión al micro de Boca cuando iba al Monumental, desvirtuó esta gran final, que en una polémica decisión de la Conmebol se jugó en Madrid.
River se impuso a partir de un mejor juego colectivo, que se hizo más fuerte en la segunda mitad, cuando debió, obligado por el resultado adverso, atacar con más intensidad para buscar el empate.
En la primera mitad, el xeneize fue superior, y se terminó imponiendo con un golazo de contraataque de Darío Benedetto cuando se terminaba la primera mitad.
Antes, Pablo Pérez había contado con un remate de volea que tapó bien Armani, y con otro disparo del capitán que se desvió y de milagro no ingresó en el arco millonario.
River llegó poco, pese a dominar un poco más el balón, y contó con una muy clara de Nacho Fernández, quien desde adentro del área remató desviado.
Un error en una salida de Andrada pudo terminar en gol del millonario, pero Boca defendió bien la pelota y a partir de allí nació la contra del gol de Benedetto.
En el segundo tiempo River salió a buscar, Boca se refugió demasiado en su campo y el empate parecía estar cerca de llegar. Hubo una jugada donde la gente de River pidió penal, ante una salida de Andrada que se llevó por delante a Pratto. El juez, el uruguayo Cunha, cobró falta en ataque.
Finalmente, el gol llegó. Y fue tras una buena combinación por derecha, con un centro perfecto para que Pratto marcara el 1 a 1.
Siguió mejor River, sobre todo con el ingreso de Quintero, ante un Boca al que el arco de Armani le empezó a quedar cada vez más lejos.
Finalmente vino el alargue. Y a partir de allí con la expulsión de Wilmar Barrios a los dos minutos de juego (pareció exagerada la doble amarilla) el millonario tuvo todo para ganarlo. Boca aguantaba como podía, y sufría cada vez más los desbordes del rival.
Así, llegó el golazo de Quintero y el 2 a 1 que ya parecía irremontable. Boca, con amor propio, salió a buscar el empate, y tuvo la suya en el cierre con un tiro de Jara que pegó en el palo. Tras esa jugada y luego de un tiro de esquina donde hasta Andrada fue a buscar, el Pity Martínez se fue solo hacia el arco xeneize y selló el 3 a 1 final.
A esa altura, el conjunto de la Ribera estaba con nueve hombres: Gago, quien reemplazó a Pérez, una vez más, salió lesionado. Y preocupa nuevamente su estado.
River volvió a festejar de manera merecida, nada menos que ante el clásico rival, y se quedó con la cuarta Copa Libertadores de su historia.