Por Horacio Castelli
Necochea sufre de una discusión permanente, de temas que no se resuelven a lo largo de los años.
Algunos problemas fueron simples, pero al no resolverse rápidamente se convirtieron en estructurales.
El Parque Miguel Lillo, es un ejemplo de lo que deseamos explicar, y de a poco se ha convertido en un fuerte enfrentamiento.
El Complejo Casino, es otra discusión interminable y que llevó a una parálisis completa, sin solución.
La recolección de residuos y su tratamiento final, es un problema económico, ambiental y de salud sin saldar.
El Frente Costero, también se ha convertido en una discusión permanente con muchas propuestas y ninguna solución.
La extensión de las cloacas, la planta de efluentes cloacales en Quequén, son algunos de los problemas sin resolver.
Las discusiones siempre terminan planteándose entre blancos y negros, impidiendo la amplia variedad de opciones que existen.
La falta de dirigentes políticos, que tomen los problemas, los analicen y decidan, es una constante.
Las próximas elecciones generales del 2019, servirán para que en la campaña se definen estos temas.
Muchos de los postulantes evitan hablar de estos temas por miedo a perder votos.
El problema, es que cuando asumen tampoco lo enfrentan por el mismo miedo electoral.
Por lo tanto, quien gane en el 2019 debería olvidarse de la reelección y trabajar en serio por la comunidad.
De esa manera tomaría las decisiones que son necesarias, aunque algunas seas antipáticas.