Por Horacio Castelli
En una catarata de denuncias sobre corrupción, los que “parecen” o son realmente honestos creen tener el derecho a la reverencia. Pues no, ser honesto es una obligación y ser corrupto es un delito.
La honestidad es una condición natural de los humanos que decidieron vivir en sociedad, sino la soledad, el ser ermitaño, es una posibilidad accesoria.
Eso es lo que pienso…