Independiente fue superior al líder de la Superliga, Boca Juniors, lo venció por 1 a 0 en el estadio Libertadores de América en el cierre del segmento dominical de la 23ª fecha y alcanzó el tercer lugar de las posiciones que lo afirma en zona de clasificación a la Copa Libertadores 2019.
De esta manera Boca acumuló su segunda derrota consecutiva tras la anterior por 2-1 como local de Defensa y Justicia, por lo que ahora aventaja por cuatro puntos al segundo, Godoy Cruz, de Mendoza, cuando quedan 12 en juego.
El «Rojo», en tanto, es tercero con la misma cantidad de puntos (42) que San Lorenzo pero mejor diferencia de gol, seguidos por Talleres, de Córdoba (41), hasta ahí los cinco que se están clasificando para la Libertadores del año próximo. Boca tiene 50 unidades y los mendocinos 46.
El partido se jugó con pierna fuerte, como un verdadero clásico por lo que había en juego, y en ese ajedrez futbolístico hubo un triunfo táctico de Ariel Holan sobre Guillermo Barros Schelotto.
El final dejó la polémica de una jugada en la que pudo haber existido una mano de Gonzalo Verón, en tiempo de descuento, que podría haber derivado en un penal para Boca, pero el árbitro Ariel Penel no la sancionó y además expulsó al capitán boquense Pablo Pérez por protestar, tras mostrarle la segunda tarjeta amarilla.
Anteriormente el juez del encuentro también le había denegado a Independiente dos acciones de similares características, por presuntas manos en el área boquense, una de ellas justamente de Pablo Pérez en el piso.
Pero Verón y Pérez fueron una de las claves de la supremacía táctica del local, que además cuando se vio apremiado, hizo relucir nuevamente el buen presente del arquero uruguayo Martín Campaña.
Es que Holan envió a Verón sobre Pablo Pérez para que desde sus pies no empezara a generarse el fútbol de Boca, y el ex Sportivo Italiano se desdobló en la doble función de marcar y atacar, hasta convertirse en una de las figuras de la cancha.
Claro que el partido, que fue presenciado por el técnico del seleccionado argentino, Jorge Sampaoli, dejó algunos otros detalles dignos de mención, como por ejemplo que uno de sus observados, Fabricio Bustos, debió irse antes de los 10 minutos lesionado, tras una barrida de otro, Cristian Pavón, de flojo rendimiento. Y encima el tercero en cuestión, Pablo Pérez, además de sucumbir frente a Verón, se fue expulsado.
Independiente jugó como siempre, con posesión, dinámica y una línea de juego definida. Boca, en tanto, nunca se supo, porque aparentó dejarle la pelota al local para salir de contra pero sin un lanzador efectivo para esos menesteres, destacándose en su mediocampo el más inexperto de todos, el chico Agustín Almendra, de apenas 18 años cumplidos el pasado 11 de febrero, quien tuvo la responsabilidad de relevar a Carlos Tevez.
Con esas características arrancó el segundo período, hasta que un ex Boca como Juan Sánchez Miño, reemplazante de Bustos, se lanzó por izquierda y le entregó una magistral asistencia a Martín Benítez para que abriera el marcador con un remate bajo que pasó por entre las piernas de Agustín Rossi.
Recién entonces, como reconoció al final el zaguero boquense Lisandro Magallán, se despertó Boca de su letargo y forzó tres acciones claras en el área local, dos de ellas salvadas en gran forma por Martín Campaña ante Ramón Ábila y Cristian Pavón, y la restante de «Wanchope» que rebotó en el palo derecho.
Sin embargo, Independiente también dispuso de oportunidades para liquidar el pleito en un par de oportunidades, primero con el ex Boca Emmanuel Gigliotti y posteriormente con Leandro Fernández.