Desde Nueva Delhi hasta Ciudad de México, de Manila a Roma, pasando por Kabul, Roma, Madrid, San Pablo o Buenos Aires, cientos de miles de mujeres en todo el mundo se manifestaron para denunciar la desigualdad laboral y la violencia doméstica en el Día Internacional de la Mujer.
En España, los sindicatos decretaron una huelga histórica que involucró a 5,3 millones de personas, según datos de los gremios, y que podría ser imitada en el futuro en otros países.
Además, centenares de miles de personas, en su mayoría féminas, se concentraron en las calles de Madrid, Barcelona y otras ciudades españolas. En la capital, una multitudinaria marea partió desde Atocha, recorrió la Gran Vía hasta llegar a la plaza de España, pasando por la fuente de la Cibeles, teñida de violeta para la ocasión, mientras que en Barcelona la marcha abarrotó el Paseo de Gracia. El lema de la huelga fue «Si nosotras paramos, se para el mundo».
En una Italia convulsionada políticamente, el presidente Sergio Mattarella dijo en un acto protocolar que «toda la energía debe dedicarse a prevenir e impedir que las mujeres se conviertan en blanco del odio y del resentimiento». «El acoso, las violencias físicas y morales que a veces irrumpen en las relaciones profesionales y de trabajo o dentro de los muros domésticos, hiriendo las conciencias, quitando la libertad y las esperanzas, constituyen una realidad inaceptable, y desafortunadamente sigue presente», aseveró.
En la jornada mundial de la mujer, el papa Francisco, a través de la red social Twitter, «agradeció a todas las mujeres que cada día buscan construir una sociedad más humana y acogedora».
Precisamente para reivindicar esos derechos que aún no se tienen y para gritar que se termine la violencia, miles de mujeres llenaron hoy las plazas de toda Italia. En Milán hubo cientos de personas que participaron en la manifestación promovida por los estudiantes y por el movimiento «Ni una menos». Ahí algunos manifestantes arrojaron huevos llenos de pintura rosa, especialmente contra los bancos y tiendas que venden pieles, mientras un grupo de chicas protestó frente a la clínica Mangiagalli contra la objeción de conciencia de los médicos a práctica del aborto.
Entretanto, en Nápoles se impuso, entre otras cosas, el tema del trabajo: desocupadas, con hijos y cochecitos, se manifestaron para pedir una resolución a su conflicto que se arrastra desde hace más de 20 años.
En defensa de la paridad salarial, las organizaciones feministas francesas se dieron cita en la plaza de la República de París y en otras ciudades del interior. Lo mismo se vivió en muchas ciudades de Alemania y del Reino Unido, donde numerosas mujeres se hicieron oír o mostraron pancartas en reclamo de igualdad y para poner fin a los «abusos».
La alcaldesa de Ärís, Anne Hidalgo, dio orden de iluminar la Torre Eiffel con un cartel que decía: «Maintenant on agit» (Ahora, actuemos!). En Brasil, varias organizaciones convocaron a movilizaciones masivas por todo el país. Además, hoy la Cámara de Diputados aprobó un proyecto que convirtió en delito el acoso sexual y aumentó las penas para el estupro, durante en una sesión en la que hubo discursos sobre el Día Internacional de la Mujer.
En Chile primaron, dos reclamos: igualdad salarial y Ley de Identidad de Género; mientras que en Argentina una multitudinaria marcha de mujeres llegó hasta el Congreso, donde pronto se tratará la ley del aborto, bajo consignas de igualdad salarial, igualdad de acceso a labores y basta de violencia de género, tras recientes actos atroces contra mujeres.
Una movilización similar se vivió en Ciudad de México, con una marcha que arrancaba en el monumento del Ángel de la Independencia, en la concurrida avenida Paseo de la Reforma, para llegar hasta el Zócalo, en el centro histórico. En tanto, la ONU presentó una campaña contra los feminicidios en México, alegando que al menos siete mujeres son asesinadas al día en el país.
En Rusia, el Día Internacional de la Mujer es un feriado nacional, pero la candidata opositora a la presidencia Ksenia Sobchak era una de las pocas manifestantes reunidas en Moscú.
Sobchak protagonizó un piquete solitario ante la cámara baja del parlamento ruso para pedir la renuncia de un destacado legislador al que varias periodistas acusan de acosos sexual.
En Manila, la capital de Filipinas, se acusó al presidente, Rodrigo Duterte, de violar los derechos de las mujeres y las líderes de las protestas cantaron y bailaron en una festiva manifestación en la Plaza Miranda, donde entregaron rosas blancas y rojas a madres, hermanas y viudas de varios acusados de consumir o vender drogas, que murieron en la violenta campaña oficial contra las drogas ilegales.
Asimismo, cientos de surcoreanas, muchas vestidas de negro y con carteles de #MeToo, marcharon por el centro de Seúl para pedir que sean sancionados por la justicia los acusados de violencia sexual y para exigir cerrar la brecha salarial entre géneros.
En India, cientos de mujeres, con muchas estudiantes, maestras y trabajadoras sexuales, marcharon por Nueva Delhi para alertar sobre la violencia doméstica, los ataques sexuales y la discriminación en los trabajos y también en el salario.
Incluso en Afganistán, centenares de mujeres que habrían tenido miedo de salir de sus viviendas durante el régimen talibán se reunieron en la capital para conmemorar el Día de la Mujer y recordar que «queda mucho trabajo por hacer para dar a las mujeres afganas una voz, garantizar su educación y protegerlas de la violencia».
