La huelga feminista del 8 de marzo tiene un enorme apoyo entre los españoles: el 82% cree que hay motivos suficientes para convocar la protesta contra la discriminación que sufren las mujeres.
La movilización busca denunciar la violencia de género y hacer visible la desigualdad estructural que sufre la mitad de la sociedad en todos los ámbitos: en el trabajo —la brecha salarial que hace que ellas cobren menos, la mayor precariedad, el techo de cristal que bloquea el ascenso femenino a puestos de poder— y en casa, donde las mujeres asumen de forma aplastante las tareas domésticas y el cuidado de los hijos.