Las manos son una excelente herramienta de manipulación de alimentos en la cocina y en la cadena alimentaria, pero deben usarse de forma higiénica.
En la cocina, las manos sirven para limpiar y procesar alimentos. Por ello, su limpieza y desinfección es clave para evitar la contaminación de los alimentos. La prevención pasa por una adecuada limpieza y desinfección de las manos, además de una cuidada higiene personal y ciertas precauciones, como evitar manipular alimentos con heridas, cortes u otros focos de infección.
También el estado de salud general tendrá repercusión en la capacidad de contaminación de las manos. Es fundamental dejar de manipular alimentos en caso de infecciones digestivas (gastrointestinales), respiratorias (resfriados y catarros), episodios gripales o de la piel, entre otros.
La clave del lavado y secado de manos
Las manos se utilizan de forma habitual en infinidad de acciones tan dispares como escribir en un teclado o estrechar otra mano. Además de la contaminación microbiológica, las manos pueden entrar en contacto con posibles sustancias tóxicas (restos de productos de limpieza, insecticidas o productos químicos), nocivas para la salud.
Sus propias características (gran número de pliegues, uñas, vello, glándulas sudoríparas) hacen posible la acumulación y desarrollo de focos de suciedad y gérmenes de gran variedad de especies, algunos de ellos potencialmente patógenos.
El lavado y secado de las manos antes de manipular alimentos minimiza el riesgo de posibles contaminaciones cruzadas.
Este tipo de contaminación es una de las causas más frecuentes de toxiinfecciones alimentarias en las cocinas y puede ocurrir bien por contacto directo entre los dos alimentos o bien de manera indirecta, a través de las manos del manipulador, o mediante el material de cocina, como utensilios, repasadores o superficies.
El uso racional de los guantes
Cuando se usan guantes, el manipulador puede tener una falsa sensación de higiene, por lo que tiende a manipular distintos tipos de alimentos sin tener en cuenta que puede transmitir la contaminación de uno a otro. También es posible que descuide el lavado de manos, que deberá realizarse las veces que sean necesarias, con o sin guantes.
Aunque puede resultar un símbolo de higiene y limpieza, el uso de guantes en la manipulación de alimentos no resulta conveniente debido a que puede generar esa falsa sensación de higiene que desencadena una contaminación del alimento.
Lo más adecuado es reservarlos para los casos en los que sean necesarios, bien por riesgo higiénico-sanitario elevado o por protección del propio manipulador. En cambio, sí se deben lavar las manos tantas veces como sea necesario.
Especial atención en niños
Los niños son los más propensos a tener microbios en las manos ya que tocan otras manos sucias, superficies, objetos e incluso alimentos contaminados, juegan con tierra o simplemente se frotan una herida. Los niños no son conscientes de este potencial peligro, tanto es así que incluso llegan a ingerir de manera directa esta posible contaminación si se chupan manos y dedos.
Lavarse las manos correctamente junto con los niños logra convertirlo en rutina y es la mejor manera de inculcarles un hábito de higiene que los protegerá durante toda su vida.
El lavado de manos paso a paso:
- Mojate las manos con agua de red o potabilizada.
- Enjabonate (cualquier jabón sirve para eliminar los gérmenes).
- Frotate muy bien las manos 20 segundos, incluidas las muñecas.
- Enjuagate con abundante agua.
- Secate con una toalla limpia, papel descartable o agitando las manos.
¿Cuándo hay que lavarse las manos?
- Después de ir al baño o de cambiarle los pañales al bebé.
- Antes de comer, y después de manipular basura o desperdicios.
- Antes y después de manipular alimentos y/o amamantar.
- Luego de haber tocado dinero, llaves, pasamanos, animales, etc.
- Al regresar de la calle, el trabajo o la escuela.
¡Ayudá a tus hijos también a lavarse las manos!