jueves, noviembre 28, 2024

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OPINIÓN: Es anti democrático pedir que un gobierno elegido termine antes

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Por Horacio Castelli*

Los dichos de Eugenio Raúl Zaffaroni, ex juez de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, deben ser repudiados desde todos los sectores democráticos de la Argentina, sin distinción de banderías políticas e ideológicas.

La Argentina ha sufrido demasiados vaivenes golpistas como para que esta frase no tenga un masivo repudio.

No hay nada que justifique que un gobierno elegido democráticamente termine antes su mandato, excepto que se realice una campaña para solicitar un referéndum y se logre la cantidad de firmas para pedir la remoción del Presidente, pero nunca de todo un gobierno.

Es peligroso, atenta contra los basamentos de la democracia.

Si se termina el actual gobierno antes de tiempo. ¿Quién vendría? Porque el gobierno es integrado por el ejecutivo y el legislativo. El mismo legislativo que avala las leyes que envía el gobierno que pide que se termine.

El gobierno puede ser monitoreado, controlado e investigado por los dos poderes restantes: el judicial y el legislativo. Y cada dos años por la ciudadanía.

Aunque en sus reflexiones, Zaffaroni, se refiere a la resistencia no violenta, sino a resistir sin deprimirse, su deseo manifestado en voz alta, significa un retroceso en la vida democrática que debemos fortalecer diariamente.

No voy a negar la honestidad intelectual y personal del ex juez, que decidió, llegado a los 75 años, renunciar como lo marca la ley a diferencia de Fayt y Haighton, pero estos exabruptos no pueden permitírselo alguien que sabe el poder de las palabras.

Si la preocupación es la situación de los más desfavorecidos, el término de un gobierno democrático antes de tiempo, les traerían más problemas aún de los que les produce la política neo liberal del gobierno de Macri.

Nadie puede negar que el cierre de industrias y la pérdida de empleo es constante, junto a cierres de negocios que no pueden mantenerse ante el aumento permanente de las tarifas de los “servicios públicos”.

Y subrayo estas dos palabras porque parece que los empresarios que se dedican a dar luz, gas y agua potable, pueden manejarse como si vendieran servicios de cable o una gaseosa que no son indispensables en la vida cotidiana.

Estas son algunas de las situaciones que marcan una problemática para muchos ciudadanos que están en el marco de la pobreza, que son indigentes o que están en el umbral de estas dos situaciones.

Pero esta situación, solo se puede revertir con más democracia, y si un gobierno democrático termina antes de tiempo es un fracaso, y los fracasos democráticos siempre los pagan los más desposeídos.

No se puede pedir, ni aún como un deseo personal, el fin de un  gobierno democrático antes de tiempo. Es peligroso. Muy peligroso.

*Concejal del Frente para la Victoria de Necochea – 2011-2015