En vísperas del voto decisivo, el domingo, en el Congreso del Partido Socialdemócrata alemán, del que depende la suerte formar un gobierno de coalición en Berlín, la canciller Ángela Merkel voló a París y se reunió con Emmanuel Macron para hablar oficialmente de Europa, pero también para obtener el apoyo del presidente francés.
Mientras Merkel atraviesa un momento en que su destino político nunca ha sido tan incierto, se dirigió a Francia y ahí dio una conferencia de prensa conjunta con Macron, previa a la cena en el Palacio del Elíseo y antes de asistir juntos a un concierto bajo la batuta del argentino-israelí Daniel Barenboin, en la Filarmónica de París.
La canciller se mostró «confiada» sobre el voto de las bases del Partido Socialdemócrata (SPD) y la aprobación del inicio de tratativas para la formación del nuevo Ejecutivo. Con respecto al SPD, con el que la semana pasada llegó a un compromiso para entablar negociaciones formales para crear un gobierno de coalición, declaró: «Espero que den luz verde.
Tuvimos que aceptar compromisos, y es normal que esto sea así, no podíamos imponer todo nuestro programa a los otros». El domingo, en efecto, un congreso extraordinario del SPD decidirá si respaldan la decisión del líder Martin Schulz de iniciar negociaciones con los conservadores.
Entrevistado por la revista Der Spiegel, Schulz advirtió a sus compañeros que si votan en contra «se irá rápidamente a nuevas elecciones» y el resultado para el SPD no sería positivo.
Macron, en ese contexto, dio hoy su pleno apoyo a la canciller alemana.
Los desafíos europeos «son numerosos y requieren de respuestas inmediatas», advirtió el mandatario.
«Nuestra ambición por Europa no se realiza sola, necesita conectarse con la ambición alemana y por eso estamos trabajando» con Merkel. Una líder con quien tiene un «contacto permanente», no sólo por cuestiones de la Unión Europea y la política internacional, sino también en temas «culturales, filosóficos, literarios, que nutren nuestra relación», añadió Macron.
«No debemos ser negativos» respecto del voto del domingo, pues, para Macron, el «texto del preacuerdo firmado por el SPD lleva una real ambición por el proyecto europeo».
La situación es delicada: según una última encuesta de Forsa, los socialdemócratas se han desplomado al 18%, dos puntos en comparación con la semana pasada, deslizándose por debajo del umbral psicológico del 20%.
En tanto, la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU) de Merkel y la su aliada Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) cuentan con un 34%.
Un retorno a las elecciones arrojaría a la completa incertidumbre también las ambiciones del relanzamiento de Europa de Macron.
El jueves los ministros de Finanzas de ambos países, Bruno Le Maire y Peter Altmaier, expresaron su deseo de una reforma rápida de la zona euro. La agenda común incluye, por ahora, la unión bancaria, la unión del mercado de capitales y la convergencia fiscal.(ANSA).