Las gestiones habían comenzado hace dos semanas, pero se intensificaron producto del resultado electoral. Las condiciones de la procuradora.
«Te felicito, hiciste un gran trabajo». Antes de comenzar el acto en el Centro Cultural Kirchner, el ministro de Justicia, Germán Garavano, se dio el gusto de entregarle al Presidente el papel con la renuncia de la procuradora Alejandra Gils Carbó. Macri lo felicitó delante de otros ministros. Era el final de una batalla política clave para el Gobierno. Infobae pudo reconstruir cómo fue la trastienda del acuerdo y las conversaciones decisivas.
Las gestiones habían comenzado hace dos semanas, pero se intensificaron en los últimos días, producto del resultado electoral. El hombre clave fue León Arslanián, el nuevo abogado de Gils Carbó en la causa por la compra del edificio de la Procuración General y hombre fuerte del peronismo en el mundo judicial. No es un dato menor.
El Gobierno le hizo llegar a la Procuradora que iban a avanzar en su remoción con una nueva ley del Ministerio Público Fiscal. La llave se las dio el juez en lo Contencioso Administrativo Federal Pablo Cayssals, quien declaró inconstitucional la ley que establecía el juicio político como mecanismo de remoción de la jefa de los fiscales.
Un juicio político requiere una mayoría especial de votos en el Senado para apartar a la Procuradora. Con el proyecto de ley que impulsa el Gobierno se requería una mayoría especial, un número más accesible con el nuevo reparto de poder en el Congreso. «También nos decían que la iban a sacar por decreto», sostienen cerca de Gils Carbó.
Arslanián y Garavano se comunicaron varias veces durante la última semana para intentar destrabar la salida de la Procuradora. En el medio, hubo al menos un encuentro cara a cara, confirmaron en el Ministerio de Justicia.
El día clave fue el jueves. Con la confirmación en la mano, Garavano se comunicó con dos personas: el presidente Mauricio Macri y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, su interlocutor preferido en el Gobierno. Les pidió que lo mantengan en reserva.
«Iba a salir el viernes pero luego hubo un aviso que se postergaba para el lunes», dijo una fuente oficial al tanto de las negociaciones.
En el Gobierno aseguran que Gils Carbó puso una sola condición: que ella misma daba a conocer la renuncia. «Siempre fue potestad de ella decidir cuando se iba», contestan en la Procuración. Otra versión indica que la procuradora estaba interesada en su futuro y pidió que el Gobierno «no interfiera» con un posible retiro del Poder Judicial.
Otro hombre clave en las negociaciones, aunque con un rol más difuso, es Miguel Angel Pichetto, jefe del bloque peronista en el Senado. ¿Por qué? Sin los votos del PJ, la salida de Gils Carbó del cargo no se podía concretar.
La renuncia ingresó ayer mismo al Ministerio de Justicia, donde ya se activaron los pasos administrativos para aceptarla. En los próximos días será publicada en el Boletín Oficial con la firma del presidente Macri. A partir del 1 de enero, el procurador general interino será Eduardo Casal, el procurador ante la Corte Suprema de mayor antigüedad.
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