Macri convocó a una cumbre en la Rosada por el tema. Garavano interviene el caso. La denuncia de Donda. Un testigo mapuche declaró haber visto cómo Santiago Maldonado era golpeado, detenido y trasladado en una camioneta de Gendarmería con rumbo desconocido y dejó a Patricia Bullrich en jaque.
Se trata de Matías Santana, de la comunidad mapuche Resistencia Cushamen, que aseguró ante el juez Guido Otranto, la fiscal Silvina Ávila y el defensor oficial, Fernando Machado que a Santiago «lo llevó Gendarmería» desde ese lugar del noroeste de la provincia de Chubut.
Santana hizo la primera declaración judicial que compromete directamente a la Gendarmería con la desaparición de Maldonado. «Los gendarmes entraron a la comunidad tratando de cazar a un mapuche. No somos terroristas ni delincuentes, nos persiguen hace mucho. (Maldonado) es un compañero pacifista, anarquista, que estaba en el territorio y defendió nuestros ideales hasta lo último», señaló.
«Escuché gritos y vi a tres gendarmes que arrastraron a alguien y lo empezaron a golpear en el piso. Me di cuenta de que era Santiago porque tenía la campera celeste que yo le presté esa mañana», describió.
Ante la impactante revelación, Mauricio Macri debió convocar de urgencia a una cumbre en la Rosada para tratar el caso. Al Salón Norte de Casa de Gobierno se acercaron Bullrich; su secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco; el ministro de Justicia, Germán Garavano y el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj.
Garavano ofició junto a Avruj de vocero tras el encuentro. Bullrich evitó el contacto con la prensa y su única «declaración» tras la reunión fue un tweet en el que aseguró que la Policía detuvo a un hombre que «Vendía LCD, pasta base y marihuana». La ministra debió borrar el tuit ya que el público le aclaró que el LCD es un televisor y no una droga.
En la Casa Rosada no pasó desapercibido que tras la reunión con Macri se decidiera que sea el ministro de Justicia la cara visible de la respuesta oficial. La ministra quedó muy debilitada, luego de más de un mes en el que no pudo encontrar al joven desaparecido ni avanzar en la investigación, que ya adquirió notoriedad internacional.
Un elemento adicional del impacto del caso en la primera línea del Gobierno, como este lunes anticipó LPO, la ofreció la decisión de Garavano de enviar a Avruj a Esquel a presentarse ante el juez y «ofrecer la colaboración que ya se había adelantado por escrito». Un confirmación de que ya se trata de una crisis política en toda la línea.
Garavano explicó que el Ministerio de Justicia también se está haciendo cargo del financiamiento de los expertos que contrató la querella a pedido de la familia de Maldonado.
La tensión que se vivió en la Casa Rosada por el caso fue tal que la vicepresidenta, Gabriela Michetti, tuvo que suspender una conferencia de prensa programada para darse en el Salón de los Pueblos Originarios, sobre las pensiones por discapacidad.
Se sumó a esto un inesperado pedido de los principales empresarios del país -muchos de ellos cercanos a Macri- exigiendo al gobierno que se acalare que pasó con Maldonado.
La compleja situación de Bullrich sumó incluso un testimonio de la diputada nacional, Victoria Donda, titular de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados. Donda aseguró que la propia ministra le dijo que «por ahí a algún gendarme se le pasó la mano».
El gobierno quedó obligado a reaccionar luego que este lunes el juez Otranto resolviera levantar el secreto de sumario en la causa por la desaparición de Maldonado, lo que dio por tierra con varios de las versiones interesadas que se habían hecho circular.
«Dejen de mentir», reclamó Santana, quien dijo que todo comenzó cuando la fuerza de seguridad realizó «el desalojo violento» de un corte de la ruta 40 que los mapuches realizaron el día anterior a la desaparición de Maldonado.
Antes se había tratado de instalar que Santiago estaba en Chile, que se había ahogado en el río o que había muerto al atacar a un puestero de una estancia de Benetton, versión que ayer la justicia se encargó de derribar al confirmar que el ADN de los atacantes del trabajador con coincidían con el de Maldonado.
Santana recordó que el 1 de agosto por la mañana, los gendarmes entraron a la comunidad «con una balacera», ante la cual muchos mapuches corrieron hacia el río Chubut para evitar ser atrapados y que Maldonado «se metió en el río pero volvió y se quedó escondido».
Dijo que después fue arrastrado hasta un camión Unimog de Gendarmería que «había entrado» a la comunidad y con el que lo sacaron hasta la ruta nacional 40, de donde lo pasaron a una camioneta «tratando de taparlo con una pantalla» de gendarmes. «Todos sufrimos la represión y después nos juntamos y vimos que el único que faltaba era él», concluyó el testigo.