El presidente estadounidense Donald Trump anunció hoy la cancelación de los acuerdos que había firmado su antecesor, Barack Obama, con Cuba e inauguró una nueva política de endurecimiento con la Isla, que incluyó un vehemente mensaje anticomunista.
«Cancelo el acuerdo bilateral firmado por (Barack) Obama» con Cuba, afirmó el mandatario desde el Teatro Manuel Artime, en La Pequeña Habana, con lo que hizo añicos el pregonado «deshielo». «Es mejor para Estados Unidos tener libertad en nuestra región, tanto en Cuba como en Venezuela», dijo.
«Cuando los cubanos den pasos concretos, estaremos listos, preparados y capaces de volver a la mesa para negociar ese acuerdo, que será mucho mejor», subrayó el mandatario. «Ahora que soy presidente, Estados Unidos denunciaré los crímenes del régimen de Castro», dijo, además de denunciar los sufrimientos de los cubanos «durante cerca de seis décadas», dijo. «Sabemos lo que pasa y recordamos lo que pasó», aseveró.
«Las políticas de Obama no han ayudado a los cubanos, han enriquecido» al régimen cubano, añadió Trump, que también criticó a su antecesor por descuidar los derechos humanos, que supuestamente se violan en la Isla.
Según Trump, «el régimen de (Fidel, ndr) Castro fue un régimen brutal», al tiempo que «el objetivo» es «conseguir lo más pronto posible una Cuba libre».
El Comunismo «ha destruido a Cuba», así como «destruyó a todos los países donde se ha intentado», añadió el magnate. «No vamos a estar en silencio ante la opresión del Comunismo», insistió e hizo hincapié en que en la isla caribeña existe una «tremenda represión». El presidente de Estados Unidos llamó también a «elecciones libres» en Cuba y pidió la liberación de «los presos políticos» del régimen cubano. También exigió que La Habana detenga «el encarcelamiento de personas inocentes».
Trump cambiará significativamente la política estadounidense hacia Cuba, con la introducción de restricciones para hacer negocios con el mayor conglomerado de empresas militares y mayores controles a los viajeros que visiten la isla.
La nueva política de Washington intenta reducir drásticamente el flujo de dinero que le llega al gobierno cubano y presionarlo para que permita un mayor desarrollo del sector privado. Estados Unidos mantendrá, no obstante, las relaciones diplomáticas con Cuba y su embajada en La Habana. Los viajes familiares y las remesas que envían los cubano-estadounidenses tampoco serán afectados. (ANSA).