No sumó ningún a bloque a la sesión de Diputados. Sólo llevó a cordobeses de algunas fuerzas, pero quedó lejos del quórum.
Cambiemos y la improvisada alianza de diputados cordobeses de otros bloques quedaron muy lejos de alcanzar el quórum para debatir una ley que declare el transporte de pasajeros como servicio esencial e impida hacer paros totales.
Fue lo que ocurrió en los últimos ocho días en Córdoba, donde recién este mediodía el sindicato de colectiveros levantó un paro tras ocho días de suspender por completo el servicio.
Cambiemos sólo logró sentar a los opositores cordobeses, como los aliados del Frente Renovador (Juan Brugge, Adriana Nazario, Blanca Rossi, María Eugenia Brezzo y Agustín Calleri) a Andrés Guzmán, del Movimiento Evita; y Ramón Bernabey y Juan Pereyra, monobloques de Córdoba.
Guzmán es cordobés y su presencia dejó claro el costo político que podría traer a cualquier diputado de esa provincia no asistir a la sesión: minutos antes de las 15 el movimiento evita había anticipado en un comunicado que dejaría sus bancas vacías.
Los únicos opositores que ayudaron y no nacieron en Córdoba fueron y los misioneros Jorge Franco y Silvia Risko y el infaltable salteño Alfredo Olmedo. Pasados 30 minutos de la hora convocada y con sólo 83 bancas ocupadas (se requieren 129) Héctor Recalde, jefe del FpV, pidió declarar la falta de quórum, muestra de que era el bloque más interesado en frustrar la sesión.
Como explicó LPO, para no sufrir un paro como el de la última semana el gobernador Juan Schiaretti y el intendente Ramón Mestre instruyeron al peronismo y al radicalismo provincial a aprobar una ley que declare el transporte automotor servicio esencial en la Provincia. Mario Negri le pidió a su bloque intentarlo.
Pero entendieron que lo mejor era apoyarse en una ley nacional, que ya prevé esa condición para otros servicios públicos como salud, la producción de agua potable, la energía y el gas.
«Estamos ante un conflicto con características politizadas. Aunque no tengamos número hoy, vamos a insistir en una nueva sesión. El principio de huelga no está en juego», aclaró Mario Negri.
«Hay que compatibilizar los reclamos colectivos y legítimos de los trabajadores ejerciendo el derecho constitucional de huelga con el derecho de los ciudadanos a tener un servicio mínimo de emergencia en el traslado».
Argumentos similares esgrimió el resto de los cordobeses, entre ellos el radical Diego Mestre, hermano del intendente. «Hay sectores del kirchnerismo y la izquierda en la UTA de Córdoba. El secretario general del gremio, Roberto Fernández, pidió acatar la conciliación obligatoria y no quisieron», aseguró.
Y remarcó que en Colombia y Brasil el transporte de pasajeros es servicio esencial hace tiempo y los paros nunca dejan las calles vacías. «Es un servicio público, no privado. Eso hay que tenerlo en cuenta», le siguió el cordobés Juan Brügge, de la democracia cristiana y aliado de Massa.
La schiarettista Blanca Rossi hablaba cuando el primer ministro de Portugal, António Luis Santos da Costa. La radical Patricia Giménez, a cargo de la presidencia la interrumpió para aplaudirlo.
En Cambiemos aseguran que muchas bancadas ausentes pueden ayudar si hay una convocatoria con tiempo, pero no parece fácil. E FpV-PJ nunca colaborará y Massa difícil que lo haga. Hizo un acuerdo electoral con la UTA.