Al menos 22 personas murieron y 59 resultaron heridas anoche al término de un recital de la cantante estadounidense Ariana Grande en el estadio «Manchester Arena» de esa ciudad inglesa, donde un hombre con un cinturón explosivo se hizo detonar.
El responsable del atentado «murió en el lugar tras haber activado el explosivo», destacó el jefe de la policía de la ciudad, Ian Hopkins, precisando que los investigadores están verificando si el kamikaze estaba solo o si otras personas participaron en el ataque.
El artefacto que provocó el estallido había sido cargado con clavos, afirmó el tabloid Mirror, que recogió las declaraciones de testigos.
La acción suicida ha sido «un acto malvado» que tuvo como blanco los niños, precisó el alcalde de la ciudad, Andy Burnham.
Las vícitmas eran «niños, jóvenes y sus familias», a quienes los responsables del ataque, añadió, han querido «aterrorizar o matar».
Algunos de los padres heridos en el atentado y luego internados rechazan ser curados antes de conocer el destino de los hijos que asistieron al recital y de los que no hay noticias, afirmó un médico del hospital «Manchester Royal». El sitio web del Manchester Evening News afirmó que hay por lo menos ocho personas desaparecidas.
Horas después la policía de Londres hizo evacuar la estación de autobuses de Victoria a raíz de la presencia de un paquete sospechoso.
La alerta fue sucesivamente suspendida. El alcalde de la ciudad, Sadiq Khan, ordenó reforzar la seguridad de la capital, donde por la mañana se reunió el Comité de emergencia «Cobra» encabezado por la premier Theresa May.
El estadio cerrado de la ciudad tiene una capacidad de unas 20 mil personas. (ANSA)