La premier británica, Theresa May, volvió a desafiar a Bruselas con la advertencia de que su posición en las negociaciones por el «Brexit» será «durísima».
«Seré durísima en las negociaciones por el Brexit», advirtió May, tras el enfrentamiento causado por las revelaciones del diario alemán Frankfurter Allgemeine, relativas al fracaso de la cena de trabajo, la semana pasada, de la premier británica con el presidente de la Comisión europea, Jean Claude Juncker, y el jefe negociador de la UE, Michel Barnier.
Antes de eso, fuentes del Partido Conservador dijeron a la BBC que enviaron un mensaje a las autoridades europeas, pidiéndoles que eviten «guerra de la negociación», lo que pareció una advertencia a no efectuar golpes bajos con filtraciones de información para influir en las negociaciones.
Al mismo tiempo, May admitió que las negociaciones por el divorcio con Bruselas serán «difíciles».
Por su parte, el ministro del Interior, Amber Rudd, se refirió a los trascendidos y dijo que ése «no es el modo correcto» de negociar.
También dijo que el Reino Unido espera llevar adelante la «buena fe». Las indicaciones del gobierno conservador, por lo tanto, son claras: si se prosigue en la dirección de difundir «chismes» por parte de la prensa a favor de Europa, Londres no puede quedarse de brazos cruzados.
Es más, ya se pudo entrever el ejemplo de una «contramedida» adoptada por el Daily Telegraph, el periódico más cercano al establishment conservador, que denunció el boicot del plan May para asegurar de los derechos de los ciudadanos de la Unión Europea residentes en el Reino Unido y, en base al principio de reciprocidad, de los expatriados británicos en los países del continente.
Según documentos citados por el periódico, la premier habría pedido resolver rápidamente la cuestión dirigiéndose tanto a Juncker como al presidente del Consejo europeo, Donald Tusk. Bruselas, en tanto, sigue adelante: en el borrador de mandato para negociar con Londres, que será presentado mañana, la Unión Europea confirma la secuencia de una tratativa sobre el Brexit por fases.
En ella se prevé que antes de comenzar a hablar de relaciones futuras con el Reino Unido, se deberá concluir la parte de toca temas claves como la garantía de los derechos de los ciudadanos, del respeto de obligaciones financieras hacia la Unión Europea y los límites entre Irlanda del Norte e Irlanda.
Según Sandro Gozi, subsecretario de la Presidencia del Consejo encargado de asuntos europeos, «uno de los puntos más complejos de la tratativa» incluirá precisamente «las obligaciones financieras, de presupuesto, suscriptos por los británicos hasta 2023». Bruselas criticó fuertemente el bloqueo del Reino Unido a la revisión de medio término del presupuesto de la Unión Europea, motivado por Londres por el período electoral en el cual está previsto que el ejecutivo no firme nada fundamental.
De ese modo, se volvió a hablar de reciprocidad, con la amenaza de la Comisión Europea de iniciar negociaciones sobre el divorcio de Londres sólo después del 8 de junio, cuando los británicos vayan a las urnas.
Ya hoy es otro día crucial para May, que se presentará ante la reina Isabel en el Palacio de Buckingham para pedir oficialmente la disolución del Parlamento de Westminster. (ANSA).
