El reparto de refugiados entre Estados de la UE nunca culminará tal como lo ideó la Comisión Europea.
Bruselas ha reconocido por primera vez este lunes que, con las condiciones establecidas para ese programa de distribución, solo se puede alcanzar un 25% del objetivo, que consistía en reubicar a 160.000 demandantes de asilo ya arribados a Grecia o a Italia.
Esta medida de emergencia fue la solución estrella que diseñó el Ejecutivo comunitario en 2015 para descargar a los países más presionados por las llegadas de refugiados, entonces Grecia e Italia.
Pese a que la iniciativa solo afectaba a una mínima proporción de todas las llegadas a Europa (más de un millón de personas solo en 2015), la idea creó grandes enfrentamientos entre los Estados, aunque la aprobaron por mayoría cualificada. Aún hoy se mantienen las discrepancias.
La Comisión admite ahora que, incluso con voluntad, es imposible llegar a esas cifras. El comisario europeo de Migración, Dimitris Avramopoulos, ha asegurado que en la actualidad solo hay 20.000 personas en Grecia y otras 6.000 en Italia que cumplan los requisitos para acogerse al plan de reparto.
“La cifra puede aumentar dependiendo del nivel de llegadas. Todos deberían estar reubicados en septiembre [cuando expira el acuerdo de reparto pactado para dos años]”, ha subrayado en la conferencia de prensa posterior a la reunión de ministros del Interior celebrada este lunes en Bruselas.
Si se suman esas 26.000 a las 13.546 que ya han sido repartidas desde septiembre de 2015, el total representa solo el 25% del compromiso político de redistribuir a 160.000 personas.
En la práctica, los Estados miembros solo contaban con repartirse a 98.000 porque una parte del programa (8.000 demandantes de asilo) nunca llegó a aplicarse y otra (54.000) formaba parte de una bolsa pendiente de reasignar a los países que pidieran a Bruselas aliviar sus cifras de asilados trasladándolos a otros territorios europeos.
Los 54.000 se adjudicaron inicialmente a Hungría, que rechazó frontalmente participar en el programa, ni como emisor ni como receptor de candidatos a protección internacional. A partir de ahí, esa cuota quedó en un limbo.
Fracaso del programa
Las palabras del comisario europeo evidencian lo que ya apuntaban las cifras: el programa ha fracasado.
Aunque queden varios meses para completarlo y los Estados aceleren los trámites en este último tramo, apenas se cumplirá una mínima parte de lo que Bruselas ideó como germen de solidaridad entre Estados en cuestiones de asilo.
Los criterios del reparto exigían que solo se reubicará a las nacionalidades que tienen mayor tasa de reconocimiento (esencialmente, sirios, iraquíes y eritreos), pero no se aplica al colectivo ahora más urgente: los 60.000 demandantes de asilo bloqueados en Grecia desde la entrada en vigor del pacto migratorio con Turquía.
Avramopoulos mantiene el tono duro frente a los Estados, pero ya sabe que su programa nunca se aplicará. “No hay más excusas. Es el momento de cumplir”, ha asegurado ante la prensa.
Pero de momento la Comisión ha renunciado a emplear el arma más poderosa de la que dispone para castigar los incumplimientos que hacen los Estados de las leyes comunitarias.
Se trata del procedimiento de infracción. Aunque legalmente algunos Gobiernos pueden escudarse en que el plazo para reubicar no ha vencido, la falta de avances cuando apenas faltan seis meses para que expire imposibilita alcanzar las metas.