miércoles, noviembre 13, 2024

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POLICIALES: Martín Rial, dijo “voy a tener que vivir con la bala en el cuerpo”

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Martín Rial estuvo internado cinco días en Mar del Plata y, al salir del hospital el pasado viernes, sintió que volvía a nacer.

El delantero necochense de Alumni de Orense fue herido por una bala perdida durante un incidente entre vecinos de un barrio usurpado en la localidad balnearia, en el cual intentó rescatar a la hija de una amiga suya cuando la bataola fue subiendo de tono.

El ex delantero de Estación Quequén y hoy goleador del Rojo de Orense, dialogó con LA VOZ DEL PUEBLO y recordó los detalles del episodio que casi lo condena a vivir en una silla de ruedas el resto de sus días.

«Estábamos con unos amigos y vimos que en el otro barrio había lío. Eran 10 contra 10 más o menos, nosotros nos acercamos de chusmas y vimos que había una amiga mía en el lugar. El hermano de ella tenía problemas con un vecino y se empezaron a tirar piedras. Entonces, agarré a dos de los nenes de ella y los llevé para mi casa. Como ella tiene más hijos, agarré el auto de mi padre y fui a buscarlos porque estaban en medio de los palos y los toscazos y yo sabía lo que se iba a venir», así comenzó el relato de la tarde fatal de Martín Rial en inmediaciones a 71 y 84, en Necochea.

«Cuando llego, agarré a uno (de los niños) y lo metí en el auto. A todo esto, me faltaba una nena, pero no la encontraban. Entonces, dí marcha atrás con el auto y lo dejé con el nene esperando. A todo esto, se armó la balacera y ella (por la nena) venía corriendo como hacia el auto, por lo que le grité y no me escuchó. Entonces, cuando salí corriendo hacia ella, justo se dio el disparo y me dio a mí», recordó, antes de aclarar que, «yo creo que fue una bala perdida. Porque lo ví al loco tiroteándose con los otros, concentrado en eso y no en herirme a mí, que lo único que quería era hacerle el bien a la nena», agregó.

Traslado accidentado

Herido de bala, Martín Rial quedó tendido en el suelo. Estaba en manos de terceros que, tampoco la tenían tan fácil para llevarlo al hospital. «Caí, quedé consciente, pero con el cuerpo todo dormido. Me subieron a un auto, que lo empujaron y no andaba, me subieron al mío, que también es mañero y no arrancaba, después me subieron a un patrullero que tenía la rueda pinchada y, recién después, pasó un hombre en un Renault 12 que finalmente me pudo llevar», recordó.

En ese instante, cuando dejarse llevar por la somnolencia puede ser trágico, Rial aseguró haber hecho su último esfuerzo, «cuando me subieron al último auto me dormí y, cuando faltaban tres cuadras para llegar al hospital, me dije a mi mismo me pongo las pilas o me voy para el otro lado.

«No eran bandas»

Una vez recuperado, le llegaron las primeras informaciones que trascendieron públicamente y sobre las que se esforzó en subrayar que «no eran bandas, eran vecinos que se peleaban entre sí».

«Lo que más me molestó es que las primeras informaciones en Necochea dijeron que yo estaba en una de esas bandas. Yo los conozco a los chicos de ahí, y sí, es un barrio peligroso, pero yo más que nada quería que no les pase nada a los nenes. No eran dos bandas, son vecinos y son plagas los dos, pero no son dos bandas. Es un barrio de casas usurpadas en el que la gente se las rebusca de cualquier manera para tener dinero», explicó al referirse al sector marginal en el que se dio el tiroteo.

Cuando vuelve la mirada hacia atrás, aparece Alumni, el club en el que tuvo un excelente 2016 y planeaba repetir en 2017, a pesar de estar condicionado por su trabajo, «yo tenía ganas de hacer la pretemporada con ellos, pero no pude por razones laborales, ya que tuve que hacer toda la temporada en Necochea como mozo. Igual ya había quedado (con la gente del club) que iba a ir, ellos (por la gente de Alumni) también me estaba esperando y es más, me había comprado botines nuevos para usarlos ahí».

Sin embargo, la grave lesión sufrida por el proyectil tal vez lo obligue a tomarse un año de descanso, ya que la bala se alojó en un hueso cercano a la vértebra y casi lo deja parapléjico, «tengo que recuperarme y después voy a poder volver a jugar. Por suerte la bala, no me tocó la médula, tuve la suerte que quedó ahí. Igualmente, me hizo mucho daño en el pulmón y creen que en cuatro meses voy a poder estar jugando otra vez. Voy a tener que vivir con la bala en el cuerpo», dijo antes de agradecer a todos los que se preocuparon por él y a los dirigentes de su actual club, «en Alumni hay gente muy buena, de palabra, que valora lo que uno le da y a la que le estoy muy agradecido», finalizó.

(Fuente: La Voz del Pueblo – Tres Arroyos)