Oslo prohibirá el martes la circulación de vehículos diésel en la ciudad para contener un pico de contaminación del aire, una medida que causó polémica entre los conductores, a quienes se animó hace unos años a comprar este tipo de automóviles.
La prohibición, que se implantará en las vías municipales pero no en los grandes ejes nacionales que atraviesan la capital noruega, debería mantenerse hasta el jueves, cuando se espera que mejoren las condiciones atmosféricas, informó el ayuntamiento de Oslo el domingo por la noche.
Aquellos que no cumplan la orden podrían ser sancionados con 1.500 coronas (166 euros).
Es la primera vez que Oslo pone en marcha esta prohibición, decidida en febrero de 2016 por la mayoría municipal, que reagrupa a laboristas y ecologistas. Si bien emiten menos CO2, los motores diésel expulsan mucho dióxido de nitrógeno (NO2).
«En Oslo, no podemos pedirle a los niños, a las personas mayores y a aquellas que padecen problemas respiratorios que se queden encerrados en casa porque el aire es demasiado peligroso de respirar», explicó la concejal municipal ecologista Lan Marie Nguyen Berg a los medios noruegos.
El anunció provocó el enfado de algunos conductores, a quienes las autoridades noruegas incitaron en 2006 a optar por los motores diésel, que en ese momento se consideraban más respetuosos con el medio ambiente que los de gasolina.
«Decídanse. No hace mucho tiempo que Jens (Stolenberg, el ex primer ministro noruego, hoy en día jefe de la OTAN) preconizaba el diésel por delante de la gasolina. No estoy seguro de que sepan verdaderamente qué es mejor», escribió Irene Signora Maier Tziotas en la página de Facebook del diario Verdens Gang (VG).
Otros internautas se mostraron más precavidos.
Mazyar Keshvari, un diputado de la derecha populista (FrP), miembro del Gobierno, pidió a los automovilistas que exijan una compensación.
«La mayor estafa para los bolsillos de los automovilistas noruegos se ha vuelto realidad», afirmó en la cadena TV2.
«Esto formaba parte de las medidas climática geniales del gobierno rojo-verde (la coalición dirigida por Stoltenberg)», ironizó.
«No únicamente recomendaron a la gente que compraran vehículos diésel sino que también modificaron los impuestos para hacerlos más baratos. Eso hizo que mucha gente comprara un coche diésel que ahora no pueden utilizar», lamentó.
Otros noruegos se mostraron más comprensivos. «Muy buena medida. Deberíamos implantar una prohibición permanente del diésel en todas las grandes ciudades. La multas deberían doblarse también», comentó Kenneth Tempel en la página de Facebook del VG.
Según el Instituto de Salud Pública noruego, las partículas en suspensión causan la muerte prematura de 185 personas cada año en Oslo.