El 6 de diciembre de 2014 el joven de 20 años apareció ahorcado en una comisaría de Quequén. Hay prevista una marcha para hoy jueves 8 a las 16 horas, a dos años de su muerte.
Hace dos años al menos 4 policías estuvieron implicados en el asesinato de Michel Noa Suarez, quien fue detenido –según los agentes policiales- por arrojar una piedra a un local del Partido Fe, cuyo presidente es Gerónimo “Momo” Venegas. Noa estaba con varios amigos pero solo lo llevaron a él a la comisaría 2º de Quequén.
Otros reclusos atestiguaron que escucharon golpes y gritos de clemencia de Noa y pidieron que dejen de pegarle mientras estuvo detenido.
Sin embargo, la primera noticia que salió de la comisaría fue que el joven se había ahorcado en la celda. Esto provocó que inmediatamente tanto familiares como amigos del joven denunciaran que Noa no se había suicidado, sino que lo había matado la policía.
El comisario de ese momento era Guillermo Farías, quien fue ascendido y de la Comisaría 2da de Quequén pasó a “formar” a los nuevos policías locales.
Una vergüenza, una provocación y una muestra de la total impunidad con la que se manejan los gobiernos municipales en complicidad con la policía que mata pibes. En 2014 el intendente era José Luis Vidal (FpV) y la policía provincial del ex gobernador Daniel Scioli.
El pasado 1º de noviembre fue la audiencia preliminar del juicio a 4 policías actualmente imputados por homicidio culposo y severidades, cuyos nombres son Fernando Pérez Zenatti, Matías Germán Larrea, Yanina Paola Mohana y Héctor Daniel Allamanla, quienes serían los responsables directos de la muerte de Noa.
Los que aún no figuran entre los implicados en el juicio son los superiores de estos oficiales, ni los restantes responsables políticos.
Este caso lamentablemente no es el único que ha ocurrido a nivel local. Gastón Díaz, joven trabajador de la pesca, fue víctima de gatillo fácil en plena calle, baleado por el oficial Alberto Quesada el 1º de enero de 2007. Actualmente Quesada se halla condenado a prisión perpetua por homicidio agravado, cuya sentencia quedó firme.
En 2007 también ocurrió el intento de violación y el disparo del oficial Porcú hacia la joven de 16 años Romina Benavidez, quien afortunadamente no perdió la vida, aunque quedó con secuelas producto del disparo que sufrió en el cráneo.
El policía que ingresó en una fiesta estudiantil fue condenado a 16 años y 8 meses de prisión, una condena indignante para los dos graves crímenes que cometió contra la joven.
En este caso, además, fue totalmente vejatorio el accionar estatal luego del crimen, que dejó a Romina sin los tratamientos de salud necesarios para reparar los daños producto de la violencia del policía.
Este jueves 8 de diciembre a las 16 hs se realizará una marcha a fin de repudiar la represión y el abuso de la policía. La concentración será en la rambla, sobre la avenida 2 esquina 83.