La caída del avión de la compañía boliviana Lamia, que transportaba jugadores y directivos del club de fútbol brasileño Chapecoense, enlutó este martes a Colombia, Brasil, Bolivia y al fútbol mundial.
La delegación, que incluía periodistas, viajaba a Medellín para el juego de ida de la final de la Copa Sudamericana, frente al Atlético Nacional de Colombia, previsto para mañana.
La delegación partió originalmente de Brasil, en un avión fletado por el club, y aterrizó en Santa Cruz (Bolivia), donde se embarcaron en la aeronave que los llevaría a tierras colombianas para disputar el partido más importante en la historia del humilde club brasileño.
En total fallecieron 75 personas, entre pasajeros y tripulación, mientras que otras seis fueron rescatadas con vida y conducidas a hospitales cercanos. Dos de los sobrevivientes están bajo pronóstico reservado, se informó.
Alfredo Bocanegra, director de la Aeronáutica Civil colombiana, dijo que la aeronave que transportaba al equipo desapareció de los radares del aeropuerto José María Córdova, en las afueras de Medellín, a las 21.45 horas locales (2.45 GMT) del lunes.
Poco después se informó de la caída del avión, del tipo Avro Regional Jet 85, en el cerro El Gordo, zona rural del municipio de La Unión, en el departamento de Antioquia, noroeste del país.
Bocanegra dijo que a la aeronave tan solo le restaban cinco millas para alcanzar la pista del aeropuerto, por lo que se preguntó públicamente si tenía combustible suficiente para aterrizar.
Por ahora y mientras avanzan las investigaciones, la versión sobre la causa del siniestro se ciñe a «fallas absolutas de la parte eléctrica», aseguró Bocanegra, basado en reportes del piloto y de una de la sobrevivientes.
Sin embargo, en las imágenes de la tragedia divulgadas por la Policía de Antioquia se evidenció que la aeronave no explotó tras el impacto, ni se incendió, razón por la que fue posible rescatar a los sobrevivientes.
«Quiero reiterar a nombre de los colombianos nuestra voz de aliento, nuestro apoyo a los familiares, directivos, seguidores del equipo Chapecoense, a las familias de los periodistas, a los familiares de la tripulación y al fútbol de Brasil, todos afectados por esta tragedia, que enluta a la región entera», dijo en alocución el presidente, Juan Manuel Santos.
El mandatario telefoneó a su similar de Brasil, Michel Temer, para expresarle el dolor por lo ocurrido y ofrecerle toda la colaboración de sus autoridades para esclarecer lo ocurrido y repatriar los cuerpos.
La Cancillería colombiana también hizo «extensivo este sentimiento de solidaridad al Gobierno y al pueblo boliviano por lo sucedido a sus tripulantes y a la aeronave siniestrada», en un comunicado oficial.
La FIFA y varios clubes del mundo enviaron mensajes o realizaron actos de solidaridad con las víctimas de la tragedia, un hecho que no se registraba en décadas.
Al menos 150 rescatistas trabajan desde la madrugada de este martes para recuperar hasta el último de los cuerpos, mientras el Instituto de Medicina Legal designó 45 especialistas para realizar las necropsias de los cuerpos, una labor que tardará entre 3 a 4 días, según se informó. (ANSA).