Fidel Castro murió a los 90 años, según informó hoy su hermano, el presidente Raúl Castro, a través de la televisión estatal.
«Con profundo dolor comparezco para informarle a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo que hoy 25 de noviembre del 2016, a las 10.29 horas de la noche falleció el comandante en jefe de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz», indicó Raúl Castro visiblemente emocionado, informa agencia Efe.
El mandatario agregó que los restos serán cremados según su «voluntad expresa» y que en las próximas horas se ofrecerá al pueblo «información detallada sobre la organización del homenaje póstumo que se le tributará».
Las últimas imágenes de Fidel Castro son del pasado 15 de noviembre, cuando recibió en su residencia al presidente de Vietnam, Tran Dai Quang; y la última vez que se le vio en un acto público fue el pasado 13 de agosto, con motivo de su 90 cumpleaños en un acto en el teatro Karl Marx de La Habana. En esa ocasión se vio a Castro con un aspecto frágil.
En abril, en el XVII Congreso del Partido Comunista de Cuba, Fidel Castro también reapareció y pronunció un discurso que sonó a despedida y en el que reafirmó la fortaleza de las ideas de los comunistas.
«A todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos, como prueba de que en este planeta si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos», afirmó Castro en esa ocasión.
Su renuncia al poder tras casi cinco décadas, en febrero de 2008, se había transformado en un oscuro presagio: convaleciente tras una compleja operación intestinal que lo mantuvo en las sombras durante los últimos tiempos, a los 90 años murió anoche Fidel Castro, líder histórico de la Revolución cubana.
Jaqueado por una complicada convalecencia, Castro había renunciado al poder el 19 de febrero de 2008, luego de 49 años al frente de la Revolución. Su precario estado de salud lo obligó a cambiar sus habituales discursos -repletos de citas y sin límites de tiempo- por un anuncio en el diario oficial Granma. «No me despido de ustedes. Deseo sólo combatir como un soldado de las ideas», escribió.
Su alejamiento del Gobierno, sin embargo, había comenzado en julio de 2006, luego de una cirugía intestinal de urgencia. En esa oportunidad, La Habana calificó la medida como «temporaria». Sin embargo, complicaciones en la intervención, supuestamente por un problema en su aparato digestivo, desencadenaron una larga convalecencia y nuevas operaciones, que llevaron al líder cubano al borde de la muerte y motivaron una fuerte ola de especulaciones.
Fidel no volvió a ser visto en público. Su imagen luego apareció en fotos y videos difundidos por el gobierno. «No tiene la capacidad física necesaria para hablar en un acto», explicó escuetamente La Habana, en un reconocimiento implícito de la gravedad de su estado. Sus dardos, en simultáneo, abandonaron las movilizaciones masivas para buscar refugio en las columnas del diario Granma, donde buscó demostrar a sus adversarios que permanecía lúcido y al tanto de lo que sucedía en la isla y el mundo.
«Cuando enfermé gravemente la noche del 26 y la madrugada del 27 de julio de 2006, pensé que sería el final», contó Fidel en un de sus textos. A su polémica historia política todavía le faltaba una última jugada. Quizás por eso, mientras el invierno avanzaba sobre La Habana y contra lo que esperaban tanto partidarios como rivales, decidió esperar a la muerte -esa que lo buscó durante tantos años- alejado del poder.