lunes, noviembre 18, 2024

Internacionales

¿Peligra la Navidad en Nueva York?

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Temor por la seguridad de las compras navideñas en el corazón de Manhattan, pues desde que Donald Trump fue electo presidente, acceder a las boutiques de la Quinta Avenida, desde Gucci a Tiffani, de Bulgari a Abercrombie & Fitch, se volvió una riesgosa tarea que desalienta inclusive al más devoto de los consumidores.

Entre manifestaciones de protesta, despliegue policial, curiosos que se detienen a observar lo que pasa, las calles céntricas del Midtown se convirtieron en un riesgo para aquellos que sufren de agorafobia.

Algunos ven acercarse un enfrentamiento entre el alcalde Bill de Blasio y el Servicio Secreto encargado de proteger la seguridad de Trump.

«No puedo decirles que los destinos de Gucci y Tiffany están en el tope de mis preocupaciones, pero puedo decirles que la situación del tráfico es un verdadero problema», explicó una fuente de los servicios secretos luego de una reunión de una hora con el empresario inmobiliario, en el edificio que lleva su nombre.

De Blasio, un demócrata, dijo al republicano Trump que los neoyorquinos tienen miedo de las ramificaciones de su política, y el primer problema que vivieron fue la clausura del tránsito en la Quinta Avenida.

Los agentes del servicio secreto pretendían el bloqueo total de la calle cada vez que Trump estuviera en su casa, pero la propuesta no tuvo el visto bueno de la administración comunal.

El enfrentamiento del presidente electo es también con las marcas de renombre que han establecido su residencia en la Quinta Avenida, y que pagan rentas asombrosas. Bulgari estableció recientemente su buque insignia en la esquina de 57 y Quinta Avenida, y paga más de 5.000 dólares por metro cuadrado de alquiler.

«El temor a un descenso de las ventas es real», explicó Tom Cusick, presidente del Distrito de Mejoramiento de la Quinta Avenida.

Los presidentes estadounidenses siempre han tenido sus casas alternativas a la Casa Blanca, pero por lo general se encontraban en calles tranquilas, villas sobre el mar o ranchos de campo.

Trump, por el contrario, vive en la cima de un edificio en el corazón de Manhattan, cuya entrada lleva su nombre grabado en letras de oro.

El nuevo mandatario no descarta regresar al apartamento para el fin de semana. Para los empleados de la seguridad presidencial, es «un dolor de cabeza inusual, ya que ningún presidente ha vivido hasta ahora en un piso 58, accesible solo por ascensor. (ANSA).