Por Horacio Castelli
Estamos en el mes de septiembre y el llamado a licitación de concesiones que culminaron este año no se ha llevado a cabo.
Volvemos a la vieja estrategia de dejar pasar el tiempo, entregarles en prórroga a los anteriores concesionarios el espacio público y vuelta a lo mismo de siempre. Como es una prórroga, el concesionario no invierte y todo queda a medio hacer.
El proyecto que se había propuesto consistía en realizar las bases de licitaciones en los meses de abril y mayo para que en el mes de junio se llamaran los concursos y en el mes de agosto a más tardar se hicieran cargo los ganadores de las concesiones, dándoles el tiempo necesario para prepararse para el verano y el resto del año siguiente.
Sin embargo, en una decisión que no se entiende, la administración López decidió dejar vacante el cargo de Director de Concesiones.
Sin embargo, decidió crear nuevas dependencias que no tienen tanta ingerencia en los servicios esenciales para el turismo y que además estaban cubiertas de manera integral, como por ejemplo la Dirección de Derechos Humanos que antes estaba integrada con la de la Juventud.
Este tipo de decisiones afectan sin duda, la administración eficaz de la cosa pública, porque a pesar que los trabajadores municipales del área, entregaron los pliegos de bases y condiciones en tiempo y forma, desde el Ejecutivo no se trabajó políticamente con prisa para que se pudieran concesionar los espacios que tienen finalizado el período otorgado oportunamente.
De esta manera se sigue improvisando, dejando demasiados grises en la administración y permitiendo el juego irresponsable de quienes deben decidir con premura y transparencia el manejo de la cosa pública.
El área de Concesiones es un lugar importante que en la actual administración se ha menospreciado y manoseado indecorosamente.
El haber nombrado públicamente a una persona, después desestimado sin mayores explicaciones esa designación y dejar vacante un lugar delicado, muestra la falta de proyectos concretos, al menos en esa área.
La sumatoria de las concesiones, sobre todo en el sector de la playa y del Parque representa un dinero que, bien direccionado, puede servir para mejorar la infraestructura que se le brinda al turista y a los lugareños.
No hay una planificación sobre que hacer con las concesiones actuales, y que otros sectores se pueden licitar en el futuro, para poder ofrecer seguridad a los actuales y futuros inversores.
Se habla mucho, se promete en campaña y luego por desidia o falta de rigurosidad en el trabajo, todo se deja sin hacer.
Seguimos con falta de planificación turística, de servicios esenciales que se deben ofrecer y las mínimas garantías para quienes desean invertir.
El tema de las concesiones sigue siendo un aquelarre y no hay perspectivas que esto cambie, lamentablemente.