En Argentina, el equipo integrado por los arquitectos Juan Manuel Galleano, Leandro Lingeri y Christian Moroni, junto a Estudio PAPA y FRAM arquitectos, logró el primer lugar del Concurso Nacional de Ideas y Anteproyectos para la ejecución del Complejo Judicial para la ciudad de Necochea.
Organizado a dos vueltas y con una convocatoria de 56 equipos nacionales, la propuesta ganadora plantea el encargo como un «hito tanto urbano como social», con tal de «resolver la vinculación» de los dos centros de Necochea: uno histórico y otro turístico. Volumétricamente, la idea es desarrollar el proyecto por etapas, en donde «cada uno de los volúmenes se comporta de manera independiente en cuanto a su desarrollo funcional y temporal, mientras que el resultado final consistirá en una pieza completamente articulada e integrada».
Descripción de los arquitectos: La ciudad de Necochea cuenta con dos centros, uno histórico y próximo al predio, y otro de gran atractivo turístico sobre la costa. Es entre ambos polos, donde se consolida la mancha urbana que limita además, con el Río Quequén.
Dado el presente contexto, el objetivo primordial de la propuesta es resolver la vinculación de estas áreas de la ciudad, mediante la inserción de una pieza urbana que las articule. De esta forma, el nuevo Complejo Judicial busca conformarse como un hito tanto urbano como social.
El terreno presentado posee gran potencial y una ubicación estratégica con respecto a la ciudad y el Río Quequén. Por un lado, funciona como límite del tejido urbano existente y por el otro, se abre hacia la costanera. El edificio toma partido posicionándose como una barra que remata la trama ortogonal y delimita, a continuación, un nuevo espacio público que lo vincule directamente con los espacios verdes de la costa y le permita dialogar, simultánea y constantemente, tanto con la ciudad como con el río.
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A su vez, el mismo se implanta sobre la cota de inundación sugerida considerando la pendiente natural del terreno como condicionante, e interviniendo así, mínimamente en su nivelación.
A modo de enlace del espacio público de ambos extremos del terreno, se propone vincular las diferencias de nivel entre el retiro frontal existente y la plaza seca de acceso propuesta, mediante escaleras aterrazadas. Se consolidará, de esta forma, un área de expansión cívica y plural que fomente y estimule el intercambio, la reunión y la interacción, tanto del público en general, como de los usuarios de los distintos sectores del programa específico. Adicionalmente, la explanada funcionará como espacio para la ejecución de acontecimientos culturales, abiertos a toda la comunidad y que fomenten la experiencia vivencial de los usuarios con este nuevo ámbito.
La posibilidad de desarrollar la construcción en distintas etapas es una de las premisas del proyecto, con lo cual se enfatizó la idea de lograr un edificio que sea coherente con dicha función, pero que también pueda abordarse como un elemento integral. De esta manera, cada uno de los volúmenes se comporta de manera independiente en cuanto a su desarrollo funcional y temporal, mientras que el resultado final consistirá en una pieza completamente articulada e integrada.
En pos de esto, la fachada principal contará con la adición de una piel etapable pero de lectura continua integrando a todo el conjunto y concediendo al edificio de un semblante institucional de cara a la plaza. Protegida mediante una trama de parasoles horizontales que tamizan la incidencia solar propia de este tipo de orientaciones, colaborará a generar espacios de trabajo iluminados, que a su vez se verán favorecidos mediante el contacto visual directo con la plaza.
Adicionalmente, la fachada ventilada permitirá dotar de vida al espacio intersticial generado entre la envolvente vidriada y la piel, mediante la concepción de extensiones que favorezcan las condiciones de las salas de espera.
Funcionalmente, el edificio responde a un esquema de distribución simple, en el cual la planta baja concentra el programa de carácter más público y actúa en constante relación con la explanada. De esta forma, el acceso se consolida en el espacio semicubierto de transición entre volúmenes que funciona como antesala para la distribución a uno u otro sector del programa. El resto de las funciones se desarrollarán en las plantas superiores teniendo en cuenta la distribución y las etapas de construcción determinadas por las bases.
La sustentabilidad edilicia será contemplada en todo el desarrollo del proyecto. No solo en relación al ahorro energético que puede significar para un proyecto de esta envergadura, sino también haciendo hincapié en los beneficios que tanto la luz, como la ventilación natural aportan en los ámbitos laborales.
Al contar con un perímetro libre, el edificio posee ventilación natural cruzada, lo que colabora de manera sustancial con la climatización general del mismo. Por otro lado, la iluminación natural será objetivamente tamizada en aquellas fachadas que así lo requieran para lograr una experiencia laboral más grata.
Asimismo, la incorporación del uso de energías renovables al diseño como ser la recolección de agua de lluvia para su reutilización como aguas servidas y la posibilidad de contar con la presencia de paneles fotovoltaicos suponen un ahorro energético de gran beneficio a largo plazo.