El ex presidente pierde su inmunidad y vuelve a manos del juez Sérgio Moro. El Gobierno puede recurrir la decisión del Tribunal Supremo.
El Supremo Tribunal Federal (STF) brasileño pone en suspenso nuevamente el nombramiento de Lula como ministro de la Casa Civil (suerte de primer ministro) de Brasil.
Un magistrado de este tribunal, alegando que Lula se esconde en el cargo para huir de la justicia gracias a que como ministro goza de mayor inmunidad, ha anulado cautelarmente el nombramiento, devolviendo la jurisdicción del caso al juez Sérgio Moro, que es precisamente de quien Lula quiere escapar.
Previsiblemente, el Gobierno recurrirá y será una decisión colegiada del Tribunal, que tiene 11 miembros, la que decida. Mientras eso se produce, Lula, que este viernes mostró su fuerza al reunir a decenas de miles de personas en São Paulo para darle su apoyo, vuelve a estar expuesto.
La divulgación de la noticia del magistrado del Tribunal Supremo ocurrió un viernes a las nueve de la noche, media hora después de que Lula hablara en la manifestación. Debido a las vacaciones de Semana Santa, no hay sesión marcada del Tribunal Supremo en la próxima semana, que es quien, de forma colegiada (es decir, con votación de sus 11 integrantes) decide definitivamente.
En principio, este tribunal no se reunirá hasta, como mínimo, el 29 de marzo. Hasta entonces, el destino institucional y jurídico de Lula, sin inmunidad, vuelve a estar en manos de su enemigo, el juez Moro, que puede ordenar (y que algunos especialistas aseguran que lo hará) su ingreso en la cárcel.
No es la primera vez que la justicia brasileña cuestiona el nombramiento de Lula. En las últimas 24 horas, dos jueces de primera instancia lo suspendieron, también de forma cautelar, y también por la misma razón.
Pero sus autos fueron anulados por instancias jurídicas superiores. La diferencia estriba, ahora, en que es un magistrado de una instancia superior, el Tribunal Supremo, quien ha dejado el nombramiento el suspenso por lo que -y esto es lo importante- pierde la inmunidad y vuelve a estar al alcance de Moro.