El rey Felipe ha dejado en manos de Pedro Sánchez la patata que más quema en la política española tras las elecciones de diciembre: la tarea de formar Gobierno. Una semana después de que el líder del partido ganador de los comicios, el mandatario saliente, Mariano Rajoy, declinara el encargo real por falta de los apoyos necesarios en el Congreso, el jefe de los socialistas ha respondido “presente”:
– “La democracia española tiene que resolver la elección del presidente del Gobierno por un Congreso mucho más plural y complejo. Así que todas las fuerzas del cambio estamos llamadas a entendernos para que ese cambio se haga realidad… Y el partido socialista está dispuesto a sacar a España de esa situación de bloqueo en la que la ha sumido el señor Rajoy”, dijo Sánchez tras su reunión con Felipe VI.
Tras su segundo encuentro con el rey, el líder popular insistía en la fórmula que ha defendido desde el pasado 21 de diciembre:
– “Queremos un gobierno apoyado por el Partido Popular, el Partido Socialista y Ciudadanos. Porque estas tres fuerzas políticas están de acuerdo en los temas fundamentales: en la unidad de España, en la soberanía nacional, en la igualdad de los españoles, en nuestra posición en Europa, en el euro, en la lucha contra el terrorismo”, repetía Rajoy.
Ciudadanos, cuarta fuerza en el parlamento más fragmentado de la democracia española, ha pedido al Partido Popular que esté a la altura de las circunstancias y facilite la investidura de Sánchez. Podemos, la tercera fuerza, ha tendido la mano al líder socialista aunque le ha recordado que es imposible una coalición en la que también esté Ciudadanos.