Un atentado suicida en el corazón turístico de Estambul acaba con la vida de once extranjeros, principalmente alemanes, y deja al menos catorce heridos.
La deflagración tuvo lugar en la plaza de Sultanahmet y fue obra de un terrorista procedente de territorio sirio perteneciente a Dáesh, el autodenominado Estado Islámico, según han informado el presidente turco Recepp Tayyip Erdogan y el primer ministro Ahmet Davutoglu. El autor del ataque accionó los explosivos que llevaba consigo cerca de un grupo de turistas.
Ocho de los once muertos son alemanes, según informó el propio Davutoglu a la canciller germana Angela Merkel por teléfono. Otros dos son de Corea del Sur y uno de Perú
Entre los heridos hay igualmente numerosos alemanes.
Entre los heridos hay igualmente numerosos alemanes, aunque también habría de origen noruego y peruano.
La plaza de Sultanahmet es un lugar de gran afluencia de visitantes extranjeros. La explosión tuvo lugar cerca de la conocida como “Mezquita Azul”, que conforma junto a Santa Sofía y el palacio de Topkapi el principal complejo turístico del país.
La policía acordonó inmediatamente la zona, y la evacuó ante los temores a que tuviese lugar una segunda explosión, peinando además el complejo en busca de otros artefactos.
Varios testigos declararon que la detonación pudo oírse a varios kilómetros de distancia, en los barrios cercanos a la zona.