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Por Horacio Castelli

Es bueno que siempre se ponga claro sobre oscuro y que sin tapujos digamos la verdad para que el ciudadano común tenga las herramientas necesarias para corroborar lo que supone.

La información sobre los supuestos sueldos que gana el intendente municipal y sus funcionarios que dio a conocer el matutino Ecos Diarios, no fue inocente, tampoco un servicio a la comunidad como noticia sumatoria. Podría en cambio tomarse como un mensaje de “apriete” al nuevo ejecutivo municipal para que sepan el daño que pueden hacer si se lo proponen.

Esta metodología la han utilizado en reiteradas oportunidades, desde cortar las fotos en las que aparecía el primer intendente de la vuelta a la democracia, Dr. Domingo José Taraborelli, pasando por las tapas destituyentes al intendente interino Horacio Vidal y llegando a los últimos años donde, al igual que sus superiores de Clarín, apoyan todo tipo de ataque a los políticos que se atrevan a intentar prescindir de ellos, lo que debería traducirse  como, por ejemplo, negarse a abonar pautas publicitarias desproporcionadas al espacio publicado.

Pero vamos a comenzar a desenmascarar estas actitudes “pseudo mafiosas” a las que pareciera estar habituados los propietarios del matutino.

Cuando hablan de sueldos de Luxemburgo, comienzan mintiendo con el sueldo del intendente ya que el sueldo es importante, pero es la mitad de lo que publicaron ya que suman los Fondos Reservados que por ordenanza existen en la actualidad.

Ahora es momento de hablar de los presupuestos que presentan anualmente los directivos de Ecos Diarios a los cuales podríamos llamarlos “Presupuestos de Mónaco”, por las cifras inverosímiles que piden.

Si recordamos que, en la época de Daniel Molina, el gasto en el matutino local superaba el millón y medio de pesos anuales, podríamos imaginar que varios años después la cifra debe haber aumentado considerablemente, sin importar los problemas económicos que sufre el Municipio.

Cuando los funcionarios deciden privilegiar otros pagos por encima de las pautas exorbitantes del matutino local, inmediatamente se producen una especie de catarata de informaciones negativas sobre el distrito y la gestión municipal.

Los invito a que busquen las tapas del matutino a partir de los días 10 de cada mes y verán como, si no han logrado cobrar, comienzan a publicar los problemas que todos conocemos, pero los visualizan como si estos fueran de “hace dos días”.

En cambio, si logran su cometido, habrá ocultamiento de estos mismos problemas, aunque las crónicas se realizarán sistemáticamente para tenerlas guardadas por si fueran necesarias.

Esto no es algo que no se sepa, simplemente lo estoy escribiendo para que nadie se haga el distraído sobre el accionar de quienes entienden al periodismo como un “arma” para lograr sus objetivos económicos y no como “herramienta” para mejorar la democracia, y por ende la vida de los ciudadanos del distrito al que pertenecen.

Los que quieran hacerse los distraídos, allá ellos.