La revista The New York Magazine ha retratado este lunes en su portada a 35 de las 46 mujeres que fueron, presuntamente, víctimas de agresiones sexuales por parte del cómico Bill Cosby.
En el interior de la publicación, las denunciantes relatan aspectos de los abusos, que se produjeron durante cuatro décadas, y la mayoría coinciden en que el actor las convocaba a supuestas clases de interpretación, luego las drogaba y las violaba.
A comienzos de este mes, se hizo pública una transcripción de 2005 en el que Cosby confesaba, bajo juramento, haber comprado Quaaludes, un sedante hipnótico, para administrárselo a las mujeres con las que quería mantener relaciones sexuales.
Desde entonces, Cosby parece ir perdiendo los pocos apoyos públicos que tenía, como el de la actriz Whoopi Goldberg.
«35 mujeres hablan sobre las agresiones de Bill Cosby, y la cultura que no quiso escucharlas». Así ha presentado la revista su portada en Twitter.
La fotografía en blanco y negro, de Amanda Demme, muestra la fecha de la agresión, 35 sillas ocupadas por las víctimas y una última vacía, dando a entender que existe la posibilidad de que aún haya más casos desconocidos.
Bajo el titular: «Cosby: las mujeres, una hermandad mal recibida», aparecen en la portada rostros anónimos y otros más conocidos como el de la actriz Beverly Johnson, la modelo Janice Dickinson y hasta la compañera de trabajo de Cosby Lili Bernard.
Dentro, un artículo escrito por la editora de la revista, Noreen Malone, señala cómo la historia de estas mujeres fue finalmente escuchada y tomada en cuenta después de muchos años en los que el equipo legal de Cosby manipuló los hechos.
En la página online del magazine, se han publicado individualmente, uno a uno, los testimonios de las víctimas, así como seis vídeos de ellas.
«Me sentí como una prisionera. Podría haber caminado por cualquier calle de Manhattan y haber dicho: ‘Bill Cosby me ha violado y drogado’ y nadie me hubiera creído», narra Barbara Bowman, que sufrió las agresiones desde 1985 hasta 1987.
Y es que el actor gozaba en los ochenta de una gran popularidad en EE UU, tanto que el llamado «padre de América» controlaba los medios de comunicación más importantes del país, aunque no pudo extender su poder a las redes sociales y fue ahí donde las víctimas explicaron su historia al mundo entero.
La mayoría de las mujeres agredidas por el ginecólogo llamado Cliff que hizo reír al mundo en los ochenta son de raza blanca, tienen entre 20 y 80 años y son modelos, actrices, periodistas, camareras e incluso compañeras del denunciado en su programa, La hora de Bill Cosby.