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Por Miguel Abálsamo

Un acertado eje de campaña en el 2011, ocasión de elegirse intendencia en nuestro distrito, que arrojó el triunfo del profesor Horacio Tellechea, fue la denomina «Sintonía Fina», equivalente a decir » votando al mismo signo político en Necochea que la provincia y Nación obtendremos beneficios rápidamente para el desarrollo de nuestra región».

Aquella vez el 54 % de Cristina Fernández de Kirchner, arrasando en la Argentina, fallecimiento de uno de los hombres mejor preparado para gobernar, doctor Gastón Guarracino, la falta de un candidato para acompañar al arquitecto Rago (recordemos Eduardo Duhalde), y una sintonía que sonaba muy directa desde la Casa Rosada al candidato necochense, determinó el resultado final.

La gente no votó equivocadamente.

Primero, siempre hay que respetar la voluntad del voto popular en democracia, no solamente cuando nos favorece, y segundo, que una gran parte de nuestra población entendía que ese cordón umbilical de Nación-Necochea posibilitaría nuestro crecimiento y ambiciones a cumplirse.

No ocurrió eso.

Al menos en los grandes trazos esperados, nueva Terminal de Ómnibus, levantamiento del puente «Ezcurra» derribado por las inundaciones del 80, dinero fresco a nuestras alicaídas arcas municipales, y la remodelación de la trágica ruta 88, Mar del Plata-Necochea, no sucedieron, aunque es bueno tener memoria para reflejar que algunas cosas, tal vez no tan trascendentes se lograron para durante estos casi cuatro años.

La paradoja del destino al poco tiempo dejaba ver que nuestra sintonía se quedaba sin ejecutantes, y tan sólo se ensayaban algunos acordes que nunca fueron importantes para hacer sonar elevado orquesta.

Destitución de Tellechea, asunción de José Luis Vidal, continuidad del Frente para la Victoria, serios momentos de tormentas donde los naufragios no estuvieron lejanos y finalmente la embarcación al menos logró estabilizarse como para ir llegando al puerto establecido constitucionalmente.

Nuestra sintonía fina pareció arrancar en el 2007 cuando el filo nacido entre el entonces intendente radical doctor Daniel Molina y un sector importante del kirchnerismo terminó con el alcalde hablando en la Casa Rosada rodeado de toda la escenografía «K», y un montón de obras y dinero a llegar a nuestras costas figurando en las carpetas del radicalismo de aquel entonces.

Esto posibilitó que Molina ganará la elección ante el doctor Guarracino por escaso margen, con la sumatoria de votos del radicalismo, y fundamentalmente de un partido para la ocasión, donde confluyó el voto independiente y el voto del apoyo al gobierno nacional de ese momento.

Sin embargo la sintonía «K»-«molinista» nunca terminó de acentuarse, entre la falta de definición del alcalde de ese momento, las desconfianzas mutuas existentes, un ala del radicalismo que objetaba ese idea y en el medio algunos dineros que no fueron destinados sino a Rentas Generales, algo muy repetido en las diversas administración.

Sin embargo esa «sintonía fina» ,que no se dio una vuelta por Necochea apareció en esplendor en comunas radicales como Tandil o San Cayetano, vecinalista como Tres Arroyos, indefinidas como Miramar o la seductora Mar del Plata, entre la diversidad de ciudades ,como una manera de sintetizar la historia.

Dirigentes «kirchneristas» en cualquier de sus tres vertientes actuales, intendente José Luis Vidal, ex, Horacio Tellechea o el ingeniero Mario Goicoechea, parecen ponerse de acuerdo junto a otros que no participan activamente en listas para unificar el concepto..» la sintonía fina nacional nunca bajo a Necochea, por la indecisión de Molina en el 2007 para concretar acuerdos, por la no continuidad de Tellechea por los motivos vividos y por el último tramo donde recién en el final del mandato de Vidal comienza a verse una luz al final del túnel.

¿Qué es sintonía fina?

Sintonía fina es un término que se impuso con mucho vigor y actualmente es usado frecuentemente, de acuerdo a las circunstancias.

Cuando se implementó el mismo difundiéndose ampliamente quería decir «ajuste fino» o «muy fino», y partió desde los años sesenta en los Estados Unidos en las profundas diferenciaciones de las teorías «keynesiana» y monetarista (Milton Friedman).

Al nacer el estado de bienestar, los segundos señalaban con firmeza que había que corregir errores de la distribución sin control, sin emplear la definición «ajuste», que siempre significó una mala palabra para los políticos e incluso para los economistas que tratan de evitarla o disfrazarla con otros conceptos.

En los últimos años de la Argentina la «sintonía fina» se emplea para convencer al ciudadano de las bondades de una sola línea ideológica de Nación-provincia y municipalidad.

Todo es muy relativo.

Lo importante no es la sintonía fina sino la gestión gruesa, algo que no es matemático ni verdad absoluta pero queda demostrado en tantos municipios de un mismo signo que no cumplen acertadamente con la gestión y quedan aislados de acuerdos nacionales, y otros que sin comulgar una misma idea tienen la fuerza, la unidad necesaria, los argumentos convincentes y la personalidad de sus gobernantes para concretar la «sintonía fina» sin necesidad de tener el mismo sello partidario.

Necochea ha vivido este tipo de situación en gran tiempo de los últimos 40 años.

Cuando el agrimensor Edgardo Hugo Yelpo triunfa en las elecciones del 73 gana la intendencia (sin Quequén), Juan Perón arrasa en el país, en pleno proceso militar nadie olvida el acercamiento que tuvo el intendente Alberto Percario con el entonces gobernador del estado bonaerense general Ibérico Manuel Saint Jean. Al restaurarse la democracia el peronismo de la mano de Taraborelli gobernaba en lo local el radicalismo en provincia con Alejandro Armendáriz y en el país con el doctor Raúl Alfonsín, con buen diálogo, mientras que durante el gobierno peronista del doctor Carlos Menem las ideas locales del mismo partido (Municoy Intendente) no tuvieron demasiada afinidad, salvo en el final del tiempo del «riojano», invitando a «Corcho» a Inglaterra y viniendo para la inauguración del imponente monumento a los héroes de Malvinas. Fueron tiempos de un peronismo renovador en el distrito y un peronismo-liberal en la Nación.

Por eso es que en sintonía fina nada es esquemática y determinada, hay variaciones y tonos diferentes.

En pocos días estaremos disputando las Paso (Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias), con 16 propuestas en el distrito, y aparece nuevamente en la discusión la «sintonía fina», como otro elemento de campaña, entre sus defensores (Frente para la Victoria) y parte de la oposición que cree no necesaria, siendo lo importante gestionar, y hacerlo bien.

El «kirchnerismo», al menos en nuestra región, ha demostrado no discriminar a intendencia no afines, esto es una realidad, que no afirmó pase en otro lado, estoy diciendo nuestra experiencia y lo que vemos.

Un país serio, una provincia madura no admite la discusión de estos temas, que no tendrían que tener sentido, las comunas que gestionen bien, que muestren cuentas ordenadas, cumplan con la asignación del gasto e invierta el dinero recibido para un fin sin desviar objetivos deben ser tomadas en cuenta, mientras tantas que no están a la altura de lo deseado administrando la cosa pública, por más sintonía fina existente, debería sobre ellas abrirse una lupa mostrando claramente lo que pasa.

No debemos decir más, comunas ricas o comunas pobres, simplemente adoptemos y repitamos un concepto…” bien, o mal gestionadas».

Si es con sintonía fina aprovechemos para duplicar las oportunidades, si es con sintonía menos fina dupliquemos la gestión, esto hará inevitable nuestro éxito.