Se trata de Julio César “Tyson” Aldecoa imputado por “doble homicidio doblemente agravado por alevosía y por haber sido cometido con arma de fuego”. Las víctimas: el jefe comunal, Hugo Rodríguez y el director del Taller Protegido de Lobería, Héctor Álvarez.
Julio César “Tyson” Aldecoa acusado por el asesinato del intendente de Lobería, Hugo Rodríguez y del director del Taller Protegido de Lobería, Héctor Álvarez, comenzaron a ser juzgados ayer en los Tribunales de Necochea. Asistido por la defensora Daniela Cangiano, responderá por los delitos de “doble homicidio doblemente agravado por alevosía y por haber sido cometido con arma de fuego”. De ser hallado culpable, la pena no podrá ser otra que la prisión perpetua. Aldecoa llega al debate oral detenido en la Unidad Penal N° 34 de Melchor Romero en La Plata.
Los jueces Luciana Irigoyen Testa, Mariana Giménez y Mario Juliano escucharon de parte de la fiscal general interina Analía Duarte y el fiscal Eduardo Núñez, la lectura del auto de elevación a juicio. También estuvo presente el abogado Armando Zelaya, quien asiste a la esposa de Hugo Rodríguez, Marisa Franco, como particular damnificado.
Durante el debate se buscará recrear lo que pasó el sábado 19 de octubre de 2013. Ese día, poco antes de la caída del sol, Aldecoa –ex jefe del corralón municipal– agarró una carabina y un hacha y salió de su casa rumbo al Parque Municipal Narciso Del Valle. Ahí, se ocultó detrás de unos árboles se quedó a la espera de que el intendente Hugo Rodríguez llegara al circuito aeróbico. Aldecoa conocía bien la rutina de su viejo amigo.
Esa tarde, Rodríguez y Héctor Álvarez estacionaron sus camionetas y salieron a caminar. Los investigadores creen que Aldecoa los vio pasar desde su casa y entonces decidió salir. Oculto entre los árboles, esperó a que el intendente se pusiera en la mira. Y disparó más de una vez. Álvarez recibió uno de los impactos; Rodríguez cuatro, algunos de ellos a corta distancia. Además le asestó un hachazo en la cabeza. Después, se dio a la fuga. Al llegar a su casa, lo escucharon decir “me mandé una cagada, maté al intendente”.
Dos llamadas alertaron al 911 de que algo pasaba. Denunciaban disparos en la zona del parque. Una tercera comunicación pedía un móvil para Francisco De Caso 150, la casa de Aldecoa: una mujer hablaba de “un hombre herido”. Dos patrullas salieron a cubrir los hechos. La sorpresa fue enorme cuando los uniformados hallaron los cuerpos del intendente y su colaborador. Pero también para quienes vieron a Aldecoa bajar de su camioneta con la carabina y el hacha y la ropa manchada con sangre. Entonces lo detuvieron.
Durante el debate se tratará de dilucidar el móvil del ataque. Para los investigadores, todo indica que está relacionado a la decisión del intendente de apartar a Aldecoa de su cargo después de que tuviera un enfrentamiento con Silvio Vidal, hombre de confianza de Rodríguez. La pelea, que terminó con Aldecoa mordiéndole el entrecejo y la mano a Vidal –de ahí el apodo Tyson–, surgió porque Vidal lo separó de su cargo, con aval del intendente. Que Rodríguez no lo defendiera fue para Aldecoa una traición.