Por Horacio Castelli
Los integrantes de la justicia siguen demostrando que para ellos el tiempo es de goma y lo pueden estirar más de 60 minutos por hora, más de 24 horas al día y más de 30 0 31 días al mes. El Caso de Melissa Núñez es un ejemplo.
Por supuesto, si un imputado es amigo de algún poderoso miembro de la política y del sindicalismo los tiempos se estiran aún más. Y sobre esto tenemos varios ejemplos en nuestro distrito.
El 13 de abril de este año, murió por intoxicación aguda por Fosfuro de Aluminio la joven de solo 19 años, con una vida plena por delante, luego de asistir a clases en el Instituto Superior de Formación Docente Número 31.
Pero eso no importa, lo necesario es hacer olvidar que Fernando Cañada, propietario del depósito que provocó la tragedia, tiene una responsabilidad penal plena.
Pero… Cañada es amigo de políticos importantes y hay que evitar que se enojen o los puedan vincular con el hecho, sobre todo a pocas semanas de un acto eleccionario.
La fiscal Silvia Gabriele ha reiterado a periodistas que para ella Cañada es penalmente responsable, pero como las declaraciones periodísticas no tienen incidencia judicial, en el expediente aún no existe una imputación al empresario amigo de “políticos”, ni se lo ha citado a declaración indagatoria.
Mientras tanto, los días pasan y nada se resuelve, y la justicia pide tiempo, a Melissa se lo quitaron y a sus familiares no se lo respetan.
El único tiempo que hasta ahora se busca, es el que se necesita para el olvido.
Es imperiosa la participación de una sociedad inteligente. No permitir que el tiempo le sirva a los corruptos, a los irresponsables, a los poderosos, a los que siempre compran tiempo.
El informe de la autopsia de Melissa fue concluyente y contundente. No hay ninguna necesidad procesal o legal para no adelantar las convocatorias a indagatoria de los responsables de la muerte de Melissa.
Los informes toxicológicos de la ciudad de La Plata, solo corroborarán lo que se informó desde un primer momento por parte de los médicos que hicieron denodados esfuerzos para salvarle la vida a la joven, sin saber que era lo que estaba ocurriendo con su organismo, porque los empresarios se cuidaron muy bien de informar que agro tóxicos habían tirado a las cloacas.
La justicia estira el tiempo como si fuera de goma.
El corazón de los padres de Melissa se desintegra aceleradamente.