Por Pablo Alabarces
Antes de empezar el segundo tiempo del clásico por la Libertadores, un hincha les tiró gas pimienta a varios jugadores de River: estuvieron varios minutos sin ver, con la piel quemada. “Para tomar una decisión, hay que pensar en que hay 40.000 personas enardecidas”, decía el periodista Fernando Niembro. Después de setenta minutos de incertidumbre, el árbitro suspendió el Partido. En este texto, el sociólogo Pablo Alabarces escupe su bronca y duda de si habrá algún tipo de consecuencias. Seguir leyendo…