«Es una acción simbólica en busca de que el servicio sexual sea reconocido como un trabajo», explicó Georgina Orellano, secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices.
En el marco del Día Internacional del Trabajador, la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR) entrega simbólicamente boletas de Monotributo ficticias a periodistas, políticos, líderes de opinión y otras figuras de diversos ámbitos con la facturación de un servicio sexual.
Es para reclamar por una ley que regule el trabajo sexual autónomo y otorgue a las trabajadoras sexuales derechos como a cualquier otro miembro de la clase trabajadora, explicó por Continental su secretaria general Georgina Orellano.
«El objetivo de la campaña es que se entienda que el trabajo sexual es como cualquier otro trabajo y que las mujeres trabajadoras sexuales son sujetos de derechos.
A muchos quizá les parezca sorpresivo recibir una boleta con un servicio sexual, pero buscamos de esta forma eliminar el gran estigma que existe hacia nosotras y nuestro trabajo, queremos que nos vean como mujeres trabajadoras ya que quienes lo ejercemos somos mayores de edad y sujetas de derechos, organizadas para mejorar nuestras condiciones laborales», explicó en La Mirada Despierta.
«Reclamamos una legislación más clara sobre nuestra actividad, que garantice nuestras condiciones sociales para desarrollarnos como seres humanos.
Queremos que se nos reconozca el derecho a elegir nuestra vida y estar en igualdad de condiciones con la clase trabajadora, promover a la incorporación de los trabajadores sexuales a los sistemas previsionales y asistenciales y el acceso a la educación y a la salud integral; y el ejercicio libre del trabajo sexual, la organización sindical y la seguridad social», resumió Orellano, quien participa este 1 de mayo del acto central de la CTA.