El periodista reconoció que «no vio» que Máximo Kirchner y Nilda Garré sean los cotitulares de las cuentas que él mismo le adjudicó tener en EEUU y admitió que debió utilizar el uso del potencial porque no tenía confirmadas muchas de las cosas que terminaron siendo publicadas.
En declaraciones a radio Vorterix, el periodista reconoció que nunca accedió a los documentos que podrían probar lo que denunció días atrás en el diario Clarín, y que decidió confiar en fuentes que nunca antes le habían dado «pescado podrido».
Sobre su aseveración de que entre los documentos a los que tuvo acceso figuraba un domicilio de Máximo Kirchner en la calle Juncal 1409, primer piso, Santoro explicó: “Yo publiqué que en una copia de un extracto bancario aparece el número de pasaporte de él y esa dirección del departamento de la familia”.
Sin embargo, en la entrevista que dio ayer al periodista Víctor Hugo Morales, el líder de La Cámpora desmintió de manera contundente que la dirección citada por Santoro se correspondiera con alguna de las direcciones donde vivió o con alguna propiedad suya.
«No sé ni de quién es, no sé dónde queda», afirmó el hijo de la Presidenta de la Nación cuando habló de esa dirección, al tiempo que aclaró que todos los domicilios que han figurado en sus pasaportes siempre correspondieron a la ciudad de Río Gallegos.
En otro pasaje de la entrevista, Santoro se refirió a las dudas que sembraron algunos de sus colegas respecto de la veracidad de los elementos con los que construyó su denuncia, y en el caso puntual del periodista del diario La Nación, Hugo Alconada Mon, se defendió: «Yo no me quedé dormido con ese documento, yo hablé con gente, hice otros procedimientos, busqué notas sobre el contexto y un montón de cosas que no las puedo contar para mantener el anonimato de mis fuentes que me pidieron la reserva de sus nombres. Pero esto no es un copy paste de un documento, yo no comparto información con Alconada Mon, no sé a qué se refiere».
Consultado sobre por qué el diario Clarín no respetó los estándares mínimos de investigación periodística antes de publicar la nota, teniendo en cuenta la trascendencia que tendría por las personas a las que se refiere, Santoro explicó que en el matutino se preguntaron “si los lectores de Clarín frente al caso Nisman” tenían “el derecho de saber estos datos que dan las fuentes” o “teníamos que aplicar los más estrictos estándares”.
En este sentido, señaló que “el caso Nisman le daba a esto trascendencia y no tiene nada que ver esto con la campaña electoral”.