miércoles, noviembre 20, 2024

Locales, Opinión

OPINIÓN: ¿En qué andan los  socios necochenses?

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Por Miguel Abálsamo

Cuando una fragmentación del radicalismo  en una Convención Nacional que hasta tuvo la participación del gobierno instando (o negociando) votos provinciales, caso Corrientes, para afianzar al escaso popular Ernesto Sanz, que más que erigirse en un líder de masas se  asemeja a un oficinista capitalino saturado a última hora de un viernes tratando de volver a casa desabrocharse la corbata, tirarse en un  sillón acariciar el gatito y acostarse a dormir, decidió a espaldas de los afiliados, que raramente parecen importar en la última parte de nuestra historia política, proclamar primero a Ernesto Sanz como eventual perdedor del ingeniero Mauricio, en una interna de las PASO que tal vez no se realice, porque la UCR no esta para pasar el papelón de un candidato que pierda con el «bostero» más importante de la Argentina por ocho a dos.

El día después, a pesar de los acomodaticios discursos del elenco estable de hace treinta años del radicalismo, los dinosaurios Federico Storani, Facundo Suárez Lastra y el más inteligente lejos, «Coty» Nosiglia, y la sonrisa asemejable a un cantor de tangos de los cincuenta, de don Ernesto, el dueño del uno por ciento de la intención de votos, aquel partido que se rompe pero no se dobla, comenzaba a doblarse en las partes «Acuerdo con Macri»-«Acuerdo con Massa». Acuerdo con los dos.

Y como perlita nunca vista en un partido político, dejar fuera de la carrera presidencial al dirigente que más mide, Julio Cobos, para colocar a quien es inexistente en el mapa nacional, Ernesto Sanz.

En el radicalismo parece que encontraron la infelicidad completa.

Y con el paso de las horas además de doblarse comienzan  a romperse, especialmente cuando la señora Margarita Stolbizer, que  encontró sobre la hora una pelota picando en el área chica, lance su candidatura presidencial y los desesperados de retornar a la ideología del viejo partido hagan cola para militar y votarla.

La ecuación resulta simple.

Macri necesita estructura.

La UCR necesita un candidato.

La diferencia esta en que Macri sigue siendo el mejor candidato, en cambio esa sólida estructura radical hoy tambalea como castillo de arena  con un leve viento.

Para colmo a las pocas horas el PRO subido a caballo de esa realidad desechaba la posibilidad de compartir fórmula con la UCR versión Sanz, lanzando dos o tres golpes que vuelven a poner nocaut a una ya debilitada Unión Cívica Radical…» el que gana gobierna y el que pierde sugiere», dicen las más altas esferas del «macrismo»…» nosotros vamos con fórmula propia» repiten.

El ingeniero hizo un curso acelerado de política, rindió varios exámenes y paso un rato largo por lectura obligatoria peronista a la hora de las negociaciones.

Ingeniero que levanta paredes, ex presidente del club más importante de la Argentina y uno de los diez del mundo, aquel que lo levantó desde el barro y lo llevó a campeón mundial, desde la primera tarde de su asunción cuando no tenían ni camisetas para jugar contra Atlanta en la Bombonera a todo lo conocido, el ingeniero ganador capitalino y hoy subido al podio de las trilogía, Macri-Scioli-Massa y un «cacho » de Randazzo escalando, el ingeniero que levanta edificios y puede derrumbar partidos de cien años.

Todo eso a nivel nacional.

¿Y por casa cómo andamos?

Lo doblemente intrincado son los acuerdos en cada distrito, donde todos se conocen, se cruzan y llevan historias diferentes.

Aquí no están Nosiglia, Storani, Sanz ni Facundo Suárez Lastra, hoy los vejetes que recuerdan con nostalgia la «Coordinadora», aquella especie de «La Campora», que viven cuando los Alfonsín o los Kirchner son presidentes. Tampoco están Emilio Monzo, Diego Santilli o Durán Barbas.

Este es territorio de sociedad para Azcoiti-Esnaola, sempiternos hombres del radicalismo, Leonardo Ruggiero, conductor «macrista» y actores secundarios que también tienen su peso a la hora de subir a escena.

Con fuerzas pequeñas como la Coalición Cívica, donde pretende ser candidata a intendente la visitadora permanente y opinadora de todos los temas que suelen andar dando vueltas, Marcela Fernández Palma, elegantemente posando con Elisa Carrio cuando ésta la proclamó en asamblea de dos, la candidata a intendente por la Coalición Cívica, que a veces Lilita convierte en «Colisión Cívica».

El radicalismo es un mosaico que no alcanza hoy a convocar a sus dirigentes en el Comité ni siquiera para discutir las imposiciones cerradas de la Convención de Entre Ríos.

Tragándose dos sapos con suma naturalidad, uno de los precandidatos seguidores del endémico reinado del «sanzismo», Gonzalo Diez trata de explicar que la tierra no es del todo redonda aunque esta comprobado que es redonda pero sería bueno que disimulemos de que es redonda. Su afán es ser candidato a intendente en una fuerza propia que no tiene fuerza, sostenida por dos columnas que apenas pueden sostener lo vertebral, doctores José Pedro Azcoiti y Alberto Esnaola, figuras que siguen teniendo cierto peso por algunos meritos  propios y por varias fallas de las nuevas generaciones que nunca pueden o se atreven a romper las tranqueras del «segundismo» para tomar las banderas de la renovación, algo que parece esbozar el Presidente de la juventud, Damián Unibaso, esperando que no sea una ave de paso que termine saturado por la burocracia interna que finalice expulsando posibilidades.

Esnaola, con total desparpajo y desembarazo le aconsejo al doctor Fernando Kuhn que de un paso al costado en cuanto a proseguir con su candidatura a intendente, en un gesto de gran democracia interna. La metáfora borgiana diría que si Kuhn da un paso al costado no habría problemas pero si otros dirigentes siguen dando pasos en falso pueden caer.

El «no» de Kuhn fue tan rotundo que no admite dudas, mientras que el doctor Bernardo Amílcar y su grupo, que por rara casualidad parece omitido u olvidado es precisamente por si alguien no recuerda, quien ganó la última interna comiteril ante los ilustres hombres del pasado.

Amílcar, nominado candidato a intendente por su línea es el más indeciso en el camino, esta como golpeado, molesto e indignado con la actitud radical militando para que Mauricio sea presidente, previa testimonial de la candidatura de Sanz a presidente.

Y en las última horas surgió como primicia que el sector de Cantera Popular, en la figura de Roberto Glen y Miguel Nasso, estaría propiciando acuerdo para ir por fuera del radicalismo con una estructura tipo vecinal o en acuerdo con el socialismo, autentico aliado radical, donde tienen cercanía de amistad y de ideología con el edil doctor Mario Labataglia, quien en reportaje concedido a mi programa «Hora Política» en FM La Radio, manifestó que esta situación «me libera y me deja con total independencia para esbozar mis ideas. Como también para resolver en el Concejo Deliberante».

No es descartable que detrás de la candidatura radical de Margarita Stolbizer se encolumne la lista Mario Labataglia candidato a intendente, Roberto Glen, primer concejal.

Quien se frota las manos, recorre cada barrio, este sábado la localidad de Juan N. Fernández, y crece en instalación en las sociedad, es el conductor del Pro local, Leonardo Ruggiero, a quien le acercaron las últimas encuestas con ventajas claras dentro del «macrismo» en caso que alguien pretenda disputarle el liderazgo  y si la fórmula Macri presidente-Ruggiero intendente no tiene corte de boletas, erigirse en el candidato de todo el espacio.

Últimamente ha coincido con sectores del campo  (puede ser el titular de la Federación Agraria, Ernesto Mancino quien encabece la lista de concejales), y casi una hermandad con las dos CGT. en el discutido tema del NO cobro a la tasa a la exportación que voto el Concejo Deliberante, con el apoyo nada menos que de Gerónimo Venegas, e incluso el propio titular del cuerpo deliberativo, Pablo Aued lo subió al primer plano al conductor del «macrismo» cuando le recriminó esa actitud.

Leonardo Ruggiero situado en el centro de la escena tiene su lectura.

La primera es que logró instalación pública.

La segunda de que es el candidato casi indiscutido de Mauricio Macri en el distrito de Necochea.

Dulce músicas para el oído del dirigente que sabe de diálogo, mide sus tiempos, historia desarrollista,  adecuación a ideas peronistas y sociedad con sectores del radicalismo. Interesante mixtura, si se sabe manejar, dentro  de un PRO que tiene al doctor Gustavo Casas con ganas de animarse al ruedo, sabiendo que tiene prestigio de buena persona en la sociedad, no alcanzando en toda dimensión para erigirse en candidato con chances serias.

El peligro de la UCR es presentarse con varias opciones, Diez, Amílcar, Glen, Khun, u otras ante la solidez de un sólo candidato de Macri, caso Ruggiero, que ante la división se quedaría con la victoria en forma simple. Algo que el radicalismo deberá resolver, cuestión no fácil de determinar.

Lejos de posibilidades ciertas competitivas, una dinámica mujer como la arquitecta Marcela F. Palma siempre parece como buscando encontrar un camino que al final se cierra.

Con contactos fluidos con el «veneguismo», aspiro a un lugar como concejal en el 2011 cuando Roberto Rago fue el candidato, luego apuntó hacía el PRO donde no pudo afianzarse, terminó renegando de ambas estructuras, comenzó a formar un partido vecinal que tiene nombre pero no inscripción legal al momento, por  momentos habla desde la anti-política para hacer política, pasa de ciudadana independiente a dirigente comprometida y finalmente recayó en brazos de la inefable y denunciadora Elisa Carrio, a las que muchos sindican como «trabajadora para el gobierno K».

Una foto para la galería de buenas vecinas, Lilita y Marcela sonriendo y de vuelta al pago anunciando su candidatura a intendente por la Coalición Cívica, un partido de llama apagada en el distrito, donde nadie podrá discutirle nada porque a pocos les interesa precisamente este espacio.

Seguramente se subirá la arquitecta a unas  PASO como figura decorativa que le aportará al espacio de la UCR vs Pro su estilo de discusión, y no rehusará a esa forma, aún introduciéndose en temas que no maneja. Será una presencia quasi testimonial, participante entusiasta, pero hoy con escasas chances de competir con posibilidades reales ante la estructura de los diferentes dirigentes radicales ni a un «macrista» en la figura de Ruggiero ,o quien finalmente disponga la realidad local partidaria o las definiciones nacionales.

Lo cierto es que los socios leyeron al genial político y filosofo, Nicolás Maquiavelo cuando escribió aquello de…» el fin justifica los medios…».

Algo que sirve para los negocios, la política u otras situaciones de la vida diaria, donde el objetivo final es lo más importante y cualquier medio para lograrlo es válido.

Al fin y al cabo pragmatismo puro.

O como decía un amigo peronista…» nos comenzaron a imitar».