miércoles, noviembre 27, 2024

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MUERTE DE NISMAN: ¿A quién le conviene?

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Por Roberto Navarro*

La causa por encubrimiento del atentado a la AMIA sigue en pie y quedó en manos de un amigo de Nisman y de Ariel Lijo ¿Entonces quién se beneficia con la muerte del fiscal?

Si la acusación a la Presidenta Cristina Kirchner por el encubrimiento del atentado a la AMIA a cambio de petróleo generaba serios interrogantes, afirmar que la muerte del fiscal Alberto Nisman le sirve al Gobierno para tapar la acusación que merece al menos un análisis riguroso.

1- El Gobierno perdió la oportunidad de interrogar al fiscal en la Comisión de Legislación Penal. Incluso de transmitir esa audiencia por televisión. Ahí podría haberle preguntado, entre otras cosas, cómo puede ser que la administración de Cristina Kirchner haya pactado con Irán levantar las Cédulas Rojas si el propio secretario General de la Interpol niega rotundamente que haya existido ese supuesto pedido del gobierno argentino.

También se perdió la oportunidad de explicar por qué Argentina tendría una necesidad tan desesperada de petróleo iraní si Argentina exporta petróleo. En los últimos diez años, el país importó una sola vez un millón de barriles de un crudo ultra liviano especial a Nigeria. Esa cifra representa menos del 0,5% de la producción total anual del país que es de 220 millones de barriles. Lo que se importa es gas natural licuado a traders internacionales y Fueloil y Gasoil a Venezuela, por falta de capacidad de refinamiento. No petróleo.

Ahora sólo quedarán en la población las entrevistas que Nisman concedió a los medios del Grupo Clarín.

2- Para qué le sirve al Gobierno la muerte de Nisman si las presuntas pruebas por la acusación de encubrimiento están en el expediente y al otro día de su muerte están trabajando en el caso el fiscal Alberto Gentili y el juez Ariel Lijo: la causa sigue.

3- Si el Ejecutivo quería sacarse de encima al fiscal Nisman, por qué pone en su lugar a Gentili, su mano derecha en la fiscalía, que estaba a cargo mientras Nisman vacacionaba con su hija. Es decir, la procuradora general Alejandra Gils Carbó puso a conducir la fiscalía a la misma persona que Nisman dejó a cargo de la fiscalía.

4- Era obvio que al menos parte de la población iba a dudar del Gobierno nacional si algo le pasaba a Nisman. Hubo gente que salió a la calle con carteles que decían «Cristina Asesina».

Por todo esto y más es claro que a la administración de la Presidenta es a la que menos le conviene la muerte de Nisman. Ahora hay que preguntarse: ¿a quién le reditúa que muera el fiscal que acusó a la jefa de Estado de encubrir el más grave atentado terrorista de la historia argentina a ocho meses de las elecciones presidenciales? ¿A la oposición? ¿Y quién es la verdadera oposición al Gobierno? ¿El poder económico concentrado? ¿Y quiénes son sus más importantes representantes? Son preguntas a responder.

*Director El Destape