Por Horacio Castelli
El mal de Necochea en los últimos años, es la proliferación de los políticos-ahijados que se cuelgan de cualquier dirigente nacional o provincial para ostentar un supuesto poder y pedir puestos en las listas de concejales o cargos en el ejecutivo.
Nuestro distrito está plagado de pseudo-dirigentes que se sacan fotos en cuanto acto se realiza (del partido o frente que sea), para mostrar que están cerca del “poder”.
Esta pléyade de dirigentes menores que pueblan nuestro distrito ha deteriorado el poder político que tenemos como la tercera ciudad en importancia de la Quinta Sección Electoral.
Encima, la mayoría de los dirigentes provinciales o nacionales a los que se abrazan nuestros pseudos no tienen real categoría política como para ser referentes importantes o de capacidad demostrada.
Esta decisión de ponerse bajo el ala de alguien en lugar de trabajar en serio con la gente va en detrimento de ellos mismos y desvaloriza a Necochea profundamente.
Debemos creer en nuestras propias fuerzas, en la capacidad de desarrollarnos con nuestras propias potencialidades.
La incapacidad, el poco apego al trabajo, el desconocimiento de las necesidades del vecino, el miedo a quedar afuera de las listas, el privilegiar al amiguismo por sobre el contacto con el ciudadano son algunas de las razones que llevan a la mayoría de nuestros políticos a buscar padrinos foráneos.
Incluso, algunos buscan padrinos locales con alcance nacional para mostrar una supuesta capacidad política de codearse con los que ostentan “el poder”.
Pero la siguiente pregunta sería: ¿Qué es el poder?
Las respuestas las tendrán los ciudadanos dentro de poco menos de un año, en agosto y en octubre.
Mientras tanto los ahijados políticos están desesperadamente buscando la mano de los “padrinos”.