Ferguson amaneció este martes como una ciudad más herida y fracturada. La decisión de un gran jurado de no imputar al agente de policía blanco que mató en agosto a Michael Brown, un afroamericano de 18 años desarmado, reabrió la tensión racial en este municipio cercano a San Luis (Misuri).
El anuncio el lunes del dictamen del jurado —que llevaba tres meses deliberando— desató una nueva ola de disturbios en esta tranquila localidad de casas bajas. Fueron mucho más graves que los vividos en las dos semanas siguientes a la muerte de Brown. Seguir leyendo…