Cuatro psiquiatras del Cuerpo Médico Forense volvieron a concluir, en el segundo juicio oral por el caso, que Martín Ríos, denominado tirador serial de Belgrano, es «enfermo psicótico esquizofrénico peligroso».
Ríos (35) comenzó este lunes a ser juzgado por segunda vez por el asesinato de Alfredo Marcenac (18) y por haber herido a otras personas en cuatro hechos ocurridos en 2006, ya que en 2010 la Cámara Nacional de Casación anuló parcialmente el fallo que en 2009 lo absolvió cuando el Tribunal Oral Criminal (TOC) 12 lo declaró inimputable.
El debate está a cargo del TOC 26, presidido por Marta Yungano e integrado por Patricia Llerena y Eduardo Fernández, quienes sólo tratarán la salud mental de Ríos y su imputabilidad, ya que los hechos y la autoría del imputado ya están probados en la causa.
La audiencia se demoró dos horas, ya que minutos antes de las 11, Ríos llegó en ambulancia a la sede judicial de la calle Paraguay 1532, desde el módulo psiquiátrico del Hospital Penitenciario Central (HPC) del complejo de Ezeiza donde se encuentra alojado.
Tal como sucedió en el primer juicio de 2009, Ríos sólo estuvo presente en la audiencia unos 15 minutos, cuando la jueza Yungano lo sometió al interrogatorio de identificación.
Con pantalones color verde agua, alpargatas, remera y un polar rojo, Ríos se sentó junto a su abogado, Ángel Ramallo, y tenía toda la apariencia de estar medicado, con la mirada perdida y al punto que le costó contestar algunas de las preguntas de la jueza.
Ríos dijo su nombre, que su nacionalidad era argentina y le costó contestar su fecha de nacimiento -primero dijo el año 1979, luego el día 12 de enero-, y consultado sobre su domicilio antes de ser detenido, sólo dijo «Belgrano».
También dijo que estudió «hasta la secundaria», que tuvo problemas previos con drogas «desde los trece» y que en el penal trabaja, aunque no aclaró en qué, tras los cual se retiró de la sala a los calabozos de la alcaidía.
De los 16 testigos que declararon hoy, los más importantes fueron cuatro profesionales del Cuerpo Médico Forense (CMF) que en distintas oportunidades evaluaron a Ríos para este segundo juicio.
Los más contundentes fueron los psiquiatras Walter Miguez y Juan Carlos Romi, quienes se entrevistaron con Ríos en 2010 y 2013, y en ambos informes que le elevaron al tribunal determinaron que era psicótico, es decir, que percibe con alteraciones la realidad.
«Es un enfermo mental crónico. Padece un cuadro de esquizofrenia en etapa defectual», dijo hoy Miguez, aunque aclaró que «se encuentra compensado» por la medicación y el tratamiento.
También aseguró que Ríos «es peligroso porque no tiene un enganche con la realidad» y porque este tipo de pacientes «viven en otro mundo, con una lógica psicótica».
«Los actos impulsivos pasan a ser el motor de su comportamiento. Es incierto lo que puede pasar sacándole la medicación o dejando el tratamiento», agregó el experto.
Tanto Miguez y Romi, como las psicólogas del CMF Elena Foschini y Adela Orgatti, coincidieron en que era «imposible» que Ríos venga simulando su patología durante años.
Miguez aclaró que si pusieron en el informe que Ríos podía estar en el juicio es porque «puede entender, pero no comprender», ya que su enfermedad ha deteriorado más «su área volitiva y afectiva que la intelectual».
Recordó que Ríos tiene «pensamientos de tinte delirante» y recordó que al entrevistarlo por primera vez, cuando tenía 31 años, decía que hacía «quince años que lo perseguían» ya que «cuando tenía trece o catorce le había robado unos sobres de cocaína a compañeros de secundario que lo venían siguiendo para tomarse venganza».
Otra psiquiatra que coincidió con el diagnóstico de esquizofrenia del CMF fue Vera Celina Lipovetzky, de la Asesoría Pericial de La Plata, quien en noviembre de 2012 hizo un informe para la Justicia de San Isidro por la causa de portación ilegal de armas que se le abrió cuando fue detenido en Vicente López con la pistola con la que había cometido sus ataques y en la que fue declarado inimputable.
Los últimos testigos de la jornada fueron psicólogos, coordinadores, asistentes sociales y hasta una musicoterapeuta del Programa Interministerial de Salud Mental Argentino (Prisma) que actualmente tratan a Ríos en el penal de Ezeiza y coincidieron en que es un esquizofrénico que necesita estar medicado.
Los padres de Marcenac, que Ríos asesinó de tres disparos en plena avenida Cabildo el 6 de julio de 2006, decidieron no presenciar este segundo debate como un acto de protesta hacia la Justicia y esperaron afuera con pancartas que decían «Ríos es responsable, imputable y culpable».
El debate concluyó este lunes -el informe de los peritos de la defensa se incorporó por lectura-, y el martes a las 12 comenzarán los alegatos con la exposición del fiscal Carlos Giménez Bauer.