Un médico al que el denominado «tirador serial de Belgrano» fue a ver en el 2000 para que le extienda un certificado de aptitud para entregar en el Renar, aseguró en el segundo juicio por el crimen de Alfredo Marcenac que el imputado tenía una actitud extraña.
Se trata del médico Guillermo Mendoza, quien en febrero del 2000 atendió a Martín Ríos en su consultorio y explicó que en el formulario del Renar dejó asentado que era necesario que el imputado sea sometido a un test psicológico, aunque desconoce si se lo practicaron.